Durante cientos de años estos megalitos han estado ocultos y caídos. Una vez restaurados y elevados, el entorno se ha convertido en un paisaje misterioso y atrayente a la vez. En 1919 se iniciaron las labores de
investigación arqueológica de la mano de los pioneros de la
arqueología vasca: el alavés Enrique Eguren y los guipuzcoanos Telesforo
Aranzadi y José Miguel de Barandiarán.
Al ver estos monumentos prehistóricos nos
hacemos preguntas: por qué elegir éste y no otro lugar, limitaciones del
territorio, referencia espacial, adoración al sol o ritos funerarios. Las
teorías son muchas y variadas, pero ninguna está demostrada. En las campas de Legaire se ha documentado
cerca de un centenar de megalitos, la mayor concentración de Euskadi, construcciones
realizadas con grandes piedras (megalitos). Se levantaron a partir del Neolítico
medio, hace unos 5500 años, por
sociedades que ya practicaban la agricultura y la ganadería.
Nos encontramos en los rasos de
Legaire, una amplia pradera de hierba donde el pastoreo intensivo ha eliminado
el bosque. Un paraje enigmático que se extiende por la Sierra de Entzia, boscosa
y repleta de hayas, que encierra numerosos tesoros naturales: cuevas, laberintos
encantados de piedras y musgo, bonitas cimas montañeras y recorridos
interminables por bosque autóctono.
Menhir de Akarte
Desde el puerto de Opakua
recorremos 8 km por carretera de montaña hacia el parking de Igorita y, en 2 km
por pista, llegamos al aparcamiento de las campas de Legaire, donde comienza la
ruta con un panel informativo. Distancia de ida y vuelta: unos 6,5
km. 100 m desnivel. La ruta nos propone unos 15
monumentos: menhires, dólmenes
(restos), túmulos, cista y un cromlech.
Menhir Legaire Sur
Aunque el itinerario de visita es libre, se
recomienda seguir el eje principal de las campas en dirección este-oeste hacia
la cruz de Mirutegi, desviándose en los puntos de acceso a los megalitos.
Existe la posibilidad de realizar un recorrido circular, regresando por el
sendero GR-282 Senda del Pastoreo, que discurre por el cordal de Surbe.
Las campas de Legaire forman parte de los terrenos
comunales gestionados desde la Edad Media por la Parzonería de Entzia. El
pastoreo de montaña y la explotación forestal han constituido tradicionalmente
sus principales actividades económicas. La huella humana es visible en sus
megalitos y en las chabolas de las majadas pastoriles.
Menhires Legaire Este I-II
Intentamos descifrar cada localización y qué puede
significar. Si bien es cierto, que antes de la reconstrucción resultaba más
difícil orientarse, los menhires nos sirven de hitos en el horizonte.
Legaire Norte
En cada resto prehistórico hay una explicación y
descripción de altura y peso. Resulta sorprendente los miles de kilos y tamaños
tan grandes de algunos. De hasta 3,5 m de altura y 2500 kg de peso.
El punto fuerte del recorrido es el impresionante cromlech de Mendiluze, erigido hace miles de años
para calcular los solsticios y los equinoccios.
Se trata de una alineación de
piedras de forma circular, con cuatro piedras o menhires de mayor tamaño
marcando los puntos cardinales y que, según la mitología, hacían de
guardianes del monumento funerario. El círculo tiene algo más de 10 metros de
diámetro y está formado por ochenta piedra en total y una “cista” o círculo
central donde se depositaban los restos funerarios, huesos y carbones, así como
adornos, sílex y cerámicas.
Existen menhires en todos los continentes pero los
más sobresalientes se encuentran en la Europa Atlántica. De hecho, su nombre
proviene del idioma bretón (men-piedra e hir-larga). En Álava, el primer menhir
catalogado fue el de Akarte, en la Sierra de Entzia, descrito en 1919
por los pioneros de la arqueología vasca T. Aranzadi, J. M. Barandiarán y E.
Eguren. Las actuaciones recientes tienen por objeto profundizar en su
conocimiento y dar a conocer estos singulares monumentos.
La Fundación Gondra Barandiarán,
a través de un convenio de colaboración, ha participado junto con la Diputación
Foral de Álava en la recuperación del Parque Megalítico de Legaire.
Descripción
de lo que nos vamos a encontrar:
Los menhires son monolitos hincados verticalmente, de altura variable, que sirven de
hitos en el paisaje, aunque su significado es incierto.
Los túmulos son acumulaciones, generalmente circulares, de piedras pequeñas. Su
función es diversa, aunque en ocasiones sirvieron para enterrar los restos de
cadáveres o sus cenizas.
Los dólmenes son monumentos funerarios habitualmente caracterizados por un túmulo
exterior y una cámara interior delimitada con grandes losas de piedra donde se
depositaban los difuntos de una comunidad a lo largo del tiempo. Se trata de
las construcciones arquitectónicas más antiguas conservadas en nuestro
territorio.
Las cistas
son una versión reducida de los dólmenes. Su cámara no mide más de 1 m², por lo
que se destinarían a inhumar unos pocos individuos.
Los cromlechs son círculos de piedras, entre las que a menudo se alzan varios
menhires. A veces encierran enterramientos o incineraciones en su
interior.
Panel informativo de la localización
megalítica.
En apenas 5 km² de superficie, Legaire acoge la mayor concentración de megalitos en Álava y
probablemente una de las más importantes de la Península Ibérica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario