En la vertiente de Chamonix,
frente el Mont Blanc, camino del Col du Brevent
Hace una semana me despedí de la Reserva Natural de las Agujas Rojas, en Chamonix. Han sido cinco días de travesía con un tiempo y una compañía inmejorables. He conocido una montaña con una pequeña historia, y a una gran mujer, como muchas que forman parte de este mundo de cimas y valles. Hay un pico que lleva el nombre de “Mont Blanc de las mujeres”, el Pic Buet (3100 m), al que ascendimos el segundo día. La historia cuenta que en el siglo XIX estaba muy mal visto que una mujer ascendiera al Mont Blanc con un guía, cumbre reservada tan sólo a los hombres, por tanto, comenzaron a subir a este pico como entrenamiento en montaña. Poco a poco esta zona se va poblando de mujeres montañeras, con las que nos cruzamos todos los días de travesía.