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Alluitz y Astxiki (785 m), el desfiladero de Atxarte, Labargorri y Txurrusko. |
Sin tiempo casi de sacar las botas mojadas y los
pantalones llenos de barro de la bolsa, me senté delante del ordenador para
enviarle un correo. ”¡No sabía que corriese sangre andaluza por tus venas!”, le
previne, adjuntándole tres fotos con el
“llamativo mojón” que indica el punto donde limitan Abadiño con Durango. Con ese
adjetivo califica él al mugarri en una nota al pie de la reseña de Santikurutz
(407 m) y, como yo mojones he visto unos cuantos, no pude sino dibujar en mi
cara una enorme sonrisa cuando lo encontré esa mañana. “Trabajo de campo,
caballero”, le apostillé, creyéndome ganadora en mi particular batalla. A pesar
de la mofa, había vuelto una vez más a casa entusiasmada. Poco me importó que
el mugarri tuviera un aspecto corriente, que fuese uno más de tantos.