NEBERAZARRA, LA CUMBRE QUE ME ACERCA A
TI, ITZI
Ha pasado casi
un año desde que mi hermana Itziar falleciera en accidente de montaña pero
somos muchos los que, de alguna manera, queremos sentir su presencia entre
nosotros.
Javi Urrutia,
en nombre de Mendikat, donde ella era asidua colaboradora, ha querido brindarle
un homenaje colocando un buzón en la cumbre de Neberazarra (982 m), cerca de
Errialtabaso. La convocatoria era para
el día 5 de septiembre, a las 9:00 h en Zumeltza, en el Puerto de Dima y
allí fueron apareciendo los diversos grupos con los que Itzi fue a la montaña:
los amigos de Pamplona, los del grupo de Munarrikolanda de Sopela, los de las
marchas, colaboradores de Mendikat y alguno más. En total, rondando la
cincuentena.
Nos
distribuimos el cemento y la arena y Javi porteó el buzón. El día estaba gris pero
no logró eclipsar el ambiente alegre y de máxima colaboración. Javi explicó la
elección del Neberazarra para colocar el buzón. Esta cima fue una de las
primeras reseñas que Itzi hizo en Mendikat. Además, es una cumbre accesible, en
un entorno cercano y con buenas vistas sin dejar de ser un lugar poco visitado que
mantiene su encanto en estado puro.
Echamos a
andar, primero por pistas, ganando altura poco a poco, durante 3.5 km, hasta
dejar el ramal que va al Saibi a nuestra derecha. Y luego perdiendo altura
hasta entrar en la zona de lapiaz, guiándonos ya por los hitos y disfrutando de
ese fantástico e indómito paraje.
En un par de
horas ya estamos todos en la cumbre, emocionados y expectantes. Algunos van
trayendo piedras grandes para asentar el buzón. Otros van mezclando los
materiales con agua para hacer el cemento. Ya está. Aquella cumbre poco conocida
ha tomado carácter.
Me piden que
me coloque en el lugar de honor, pegadita al buzón, donde está grabada la
imagen de Itzi y dice: “Un día decidiste
no volver a dejar la montaña, preferiste quedarte a observar serenamente la
infinitud de las cumbres, los horizontes azules, saborear para siempre la
natural arquitectura sutil de los picos airosos…” Se hizo un respetuoso
silencio mientras varias cámaras de
fotos inmortalizaban el momento. Me acercaron una rosa que coloqué al pié del
buzón, donde eché unas cenizas… y entonces un irrintzi rompió el silencio y a
mí se me quebró la voz. Me hubiera gustado decir muchas cosas pero las palabras
se hicieron un ovillo en el fondo de la garganta.
Después Jon
Ander se preocupó por buscar un sitio
donde comer y terminamos casi todos en Olaeta en torno a una mesa. Y el
homenaje siguió, aderezado con brindis y canciones, en especial, “Lau
haizetara” que le dedicó Igone.
Ahora, aunque
sea un poco tarde, quiero dar las gracias a Javi, no solo por hacer un buzón en
su memoria, sino por haberla hecho partícipe del proyecto de Mendikat que con
tanta ilusión le hacía buscar incansable cumbres desconocidas. Y a todos los
amigos, por participar y hacer de su recuerdo un día de fiesta.
Arantza
Lazurtegi