sábado, 23 de noviembre de 2019

Rehabilitación del Parque Megalítico más grande de Euskadi. Legaire (Sierra de Entzia. Araba) - Esther Merino


Durante cientos de años estos megalitos han estado ocultos y caídos. Una vez restaurados y elevados, el entorno se ha convertido en un paisaje misterioso y atrayente a la vez. En 1919 se iniciaron las labores de investigación arqueológica de la mano de los pioneros de la arqueología vasca: el alavés Enrique Eguren y los guipuzcoanos Telesforo Aranzadi y José Miguel de Barandiarán.



Al ver estos monumentos prehistóricos nos hacemos preguntas: por qué elegir éste y no otro lugar, limitaciones del territorio, referencia espacial, adoración al sol o ritos funerarios. Las teorías son muchas y variadas, pero ninguna está demostrada. En las campas de Legaire se ha documentado cerca de un centenar de megalitos, la mayor concentración de Euskadi, construcciones realizadas con grandes piedras (megalitos). Se levantaron a partir del Neolítico medio, hace unos 5500 años, por sociedades que ya practicaban la agricultura y la ganadería.

Nos encontramos en los rasos de Legaire, una amplia pradera de hierba donde el pastoreo intensivo ha eliminado el bosque. Un paraje enigmático que se extiende por la Sierra de Entzia, boscosa y repleta de hayas, que encierra numerosos tesoros naturales: cuevas, laberintos encantados de piedras y musgo, bonitas cimas montañeras y recorridos interminables por bosque autóctono.

           Menhir de Akarte

Desde el puerto de Opakua recorremos 8 km por carretera de montaña hacia el parking de Igorita y, en 2 km por pista, llegamos al aparcamiento de las campas de Legaire, donde comienza la ruta con un panel informativo. Distancia de ida y vuelta: unos 6,5 km. 100 m desnivel. La ruta nos propone unos 15 monumentos: menhires,  dólmenes (restos),  túmulos, cista y un cromlech.

                    Menhir Legaire Sur

Aunque el itinerario de visita es libre, se recomienda seguir el eje principal de las campas en dirección este-oeste hacia la cruz de Mirutegi, desviándose en los puntos de acceso a los megalitos. Existe la posibilidad de realizar un recorrido circular, regresando por el sendero GR-282 Senda del Pastoreo, que discurre por el cordal de Surbe.

Las campas de Legaire forman parte de los terrenos comunales gestionados desde la Edad Media por la Parzonería de Entzia. El pastoreo de montaña y la explotación forestal han constituido tradicionalmente sus principales actividades económicas. La huella humana es visible en sus megalitos y en las chabolas de las majadas pastoriles.

                Menhires Legaire Este I-II

Intentamos descifrar cada localización y qué puede significar. Si bien es cierto, que antes de la reconstrucción resultaba más difícil orientarse, los menhires nos sirven de hitos en el horizonte.

                Legaire Norte

En cada resto prehistórico hay una explicación y descripción de altura y peso. Resulta sorprendente los miles de kilos y tamaños tan grandes de algunos. De hasta 3,5 m de altura y 2500 kg de peso.


El punto fuerte del recorrido es el impresionante cromlech de Mendiluze, erigido hace miles de años para calcular los solsticios y los equinoccios. 


Se trata de una alineación de piedras de forma circular, con cuatro piedras o menhires de mayor tamaño marcando los puntos cardinales y que, según la mitología, hacían de guardianes del monumento funerario. El círculo tiene algo más de 10 metros de diámetro y está formado por ochenta piedra en total y una “cista” o círculo central donde se depositaban los restos funerarios, huesos y carbones, así como adornos, sílex y cerámicas. 


Existen menhires en todos los continentes pero los más sobresalientes se encuentran en la Europa Atlántica. De hecho, su nombre proviene del idioma bretón (men-piedra e hir-larga). En Álava, el primer menhir catalogado fue el de Akarte, en la Sierra de Entzia, descrito en 1919 por los pioneros de la arqueología vasca T. Aranzadi, J. M. Barandiarán y E. Eguren. Las actuaciones recientes tienen por objeto profundizar en su conocimiento y dar a conocer estos singulares monumentos.


La Fundación Gondra Barandiarán, a través de un convenio de colaboración, ha participado junto con la Diputación Foral de Álava en la recuperación del Parque Megalítico de Legaire. 

Descripción de lo que nos vamos a encontrar:

Los menhires son monolitos hincados verticalmente, de altura variable, que sirven de hitos en el paisaje, aunque su significado es incierto. 

Los túmulos son acumulaciones, generalmente circulares, de piedras pequeñas. Su función es diversa, aunque en ocasiones sirvieron para enterrar los restos de cadáveres o sus cenizas. 
Los dólmenes son monumentos funerarios habitualmente caracterizados por un túmulo exterior y una cámara interior delimitada con grandes losas de piedra donde se depositaban los difuntos de una comunidad a lo largo del tiempo. Se trata de las construcciones arquitectónicas más antiguas conservadas en nuestro territorio. 
Las cistas son una versión reducida de los dólmenes. Su cámara no mide más de 1 m², por lo que se destinarían a inhumar unos pocos individuos. 
Los cromlechs son círculos de piedras, entre las que a menudo se alzan varios menhires. A veces encierran enterramientos o incineraciones en su interior. 

                                         Panel informativo de la localización megalítica.

En apenas 5 k de superficie, Legaire acoge la mayor concentración de megalitos en Álava y probablemente una de las más importantes de la Península Ibérica.


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