Los hayedos
trasmochos de Euskal Herria nos transportan a otras épocas, círculos de energía
silenciosos que nos hacen meditar. La niebla, el silencio, tiempo de calma…el
ocre, marrón, naranja… “Quisiera…algo
sencillo, como una canción o un atardecer en otoño”. Bosques detenidos. Las
hayas (hadas) en forma de candelabro y ramas verticales guardan memoria…tienen
energía centenaria acumulada. Nos observan al caminar.
El otoño es una
época del año tan llena de colorido y fugaz que la poesía le sienta bien. Nos
invita a la nostalgia, la despedida, el amor…la pérdida, el paso del tiempo, el
recogimiento, la lectura, un paseo lento por la hojarasca, olor a humedad y a
tierra, sabor a castañas. Explota el color sin demoras, ir cazando con
fotografías los colores intensos de la hoja caduca. “Como si la naturaleza hubiera estado ahorrando todo el año para el gran
final…” nos dice Lauren DeStefano.
Julio Villar: “Pretencioso
intentar meter en unos folios los colores del otoño, el silencio del bosque…Tan
difícil como intentar recoger en una partitura los trinos de los pájaros, o el
cálido canto del viento del sur en otoño…”
Angela Becerra nos regala su poema "El día que deje de ser":
“…Me vestiré de otoño atardecido/ levantando
en la tierra/ las piedras,
las hojas caídas,/ con mis pasos que vuelan./
El día que no sea...”
“En otoño aparece la bruma, las sombras se
estilizan al paso y tiendes a mirar a los lados por si acaso, por si tal vez,
por si quizás… y te derrites en atardeceres al calor del fuego, abrigas la piel
que conoces y los abrazos y besos desprenden un alo de despedida y acunas lo
que el verano te trajo, aún rebozando de mantas el miedo”. Martha Medeiros
El desamor y el amor, la estación
que nos presta sus colores: “No me asusta
el otoño si tú vienes…” dice una canción de Cómplices.
Los poetas
jóvenes también se unen: “Y sé que no va
a durar por siempre, pero esta noche en que Noviembre muerde el alfeizar de mi
ventana con su dentadura de otoño, no puedo hacer más que teclear una a una las
letras de mi desgracia y ser yo mismo Noviembre, la canción original de mi
vacío…” Marwan
La nostalgia: “Te veo en este otoño que se me cae encima, que me baña en
amarillo y granate, y me estremezco cuando te encuentro digna y seria
esquivando un beso, risueña y alegre entendiendo todo, concentrada y ausente
colocando el mundo…” dice Pati
Blasco
El color insobornable del
otoño. Acuarelas incendiadas a fuego. Romántico abanico de colores:
únicos en el año. Mágicos colores y tan variados. “!Cuánta belleza suelta!” de Octavio Paz.
Encuentros de
color. Lugares sin grandes historias de gran belleza y riqueza natural. Nos
hace sentir arropados y protegidos. Los colores nos envuelven: hojas amarillas,
anaranjadas o rojizas.
Quizá sean
nuestras imágenes interiores que colorean el otoño, donde el paisaje es el
reflejo del interior…con todos sus matices, ser uno más con el bosque. Espacio
mitológico, misterioso, silencio, intimidad, fundirse en el color y la niebla…
He paseado por
tierras de carboneros: el sobrecogedor Hayedo de Otzarreta, Sarría detenida,
Araia cautivadora, Otxandiano escondido, Aramaiona hechizada… “Hoy llevo los ojos llenos de otoño…” He
fotografiado, contemplado, escuchado y pisado las hojas caídas. Quizá sea una
estación para sentirse bien, simplemente…en silencio, en armonía.
Entre las hojas
podemos adivinar las huellas de pisadas de Basajaun con su enorme cuerpo en
forma humana o le sentimos mimetizado simulando una vieja haya, señor de los
bosques, guardián y protector de los árboles.
A veces la nieve llega muy pronto, una mañana fría de primeros de
noviembre y nos visita a deshora cuando aún están los bosques rojizos. “No temas al otoño, si ha venido…aunque caiga la flor, queda la rama y la
rama queda para hacer el nido.” Leopoldo Lugones
Benito Lertxundi nos canta:
“Udazken
koloretan,
landen lurrinak zeharkatuz,
hitaz oroit eta higan nauk,
hain soil hire heriotzean,
hain xume, adiorik gabeko partitzean.”
“En los colores de otoño,
atravesando los perfumes de los campos,
evocándote, estoy en ti,
tan sencillo al morir,
tan simple al irte sin un adiós.”
4 comentarios:
Esther...
Muy bonita tu entrada del blog... las fotos estupendas y los poemas tan ricos!
Milesker!
Miren
Abandonada al lánguido embeleso
que alarga la otoñal melancolía,
tiembla la última rosa que por eso
es más hermosa cuanto más tardía.
Tiembla… un pétalo cae… y en la leve
imperfección que su belleza trunca,
se malogra algo de íntimo que debe
llegar acaso y que no llega nunca.
La flor, a cada pétalo caído,
como si lo llorara, se doblega
bajo el fatal rigor que no ha debido
llegar jamás, pero que siempre llega.
Y en una blanda lentitud, dichosa
con la honda calma que la tarde vierte,
pasa el deshojamiento de la rosa
por las manos tranquilas de la muerte
Bellisimooo...!
Me alegro de compartir poesia y naturaleza.
Publicar un comentario