jueves, 8 de noviembre de 2018

Otoño y poesía. Udazken koloretan - Esther Merino



Los hayedos trasmochos de Euskal Herria nos transportan a otras épocas, círculos de energía silenciosos que nos hacen meditar. La niebla, el silencio, tiempo de calma…el ocre, marrón, naranja… “Quisiera…algo sencillo, como una canción o un atardecer en otoño”. Bosques detenidos. Las hayas (hadas) en forma de candelabro y ramas verticales guardan memoria…tienen energía centenaria acumulada. Nos observan al caminar.



El otoño es una época del año tan llena de colorido y fugaz que la poesía le sienta bien. Nos invita a la nostalgia, la despedida, el amor…la pérdida, el paso del tiempo, el recogimiento, la lectura, un paseo lento por la hojarasca, olor a humedad y a tierra, sabor a castañas. Explota el color sin demoras, ir cazando con fotografías los colores intensos de la hoja caduca. “Como si la naturaleza hubiera estado ahorrando todo el año para el gran final…” nos dice Lauren DeStefano.


Julio Villar: “Pretencioso intentar meter en unos folios los colores del otoño, el silencio del bosque…Tan difícil como intentar recoger en una partitura los trinos de los pájaros, o el cálido canto del viento del sur en otoño…”


Angela Becerra nos regala su poema "El día que deje de ser":
“…Me vestiré de otoño atardecido/ levantando en la tierra/ las piedras,
las hojas caídas,/ con mis pasos que vuelan./ El día que no sea...”


“En otoño aparece la bruma, las sombras se estilizan al paso y tiendes a mirar a los lados por si acaso, por si tal vez, por si quizás… y te derrites en atardeceres al calor del fuego, abrigas la piel que conoces y los abrazos y besos desprenden un alo de despedida y acunas lo que el verano te trajo, aún rebozando de mantas el miedo”. Martha Medeiros

El desamor y el amor, la estación que nos presta sus colores: “No me asusta el otoño si tú vienes…” dice una canción de Cómplices.


Los poetas jóvenes también se unen: “Y sé que no va a durar por siempre, pero esta noche en que Noviembre muerde el alfeizar de mi ventana con su dentadura de otoño, no puedo hacer más que teclear una a una las letras de mi desgracia y ser yo mismo Noviembre, la canción original de mi vacío…” Marwan

La nostalgia:Te veo en este otoño que se me cae encima, que me baña en amarillo y granate, y me estremezco cuando te encuentro digna y seria esquivando un beso, risueña y alegre entendiendo todo, concentrada y ausente colocando el mundo…” dice Pati Blasco

El color insobornable del otoño. Acuarelas incendiadas a fuego. Romántico abanico de colores: únicos en el año. Mágicos colores y tan variados. “!Cuánta belleza suelta!” de Octavio Paz.


 Qué bien sienta el otoño, qué bien que exista octubre. “Solemne adagio del invierno…” George Sand

Encuentros de color. Lugares sin grandes historias de gran belleza y riqueza natural. Nos hace sentir arropados y protegidos. Los colores nos envuelven: hojas amarillas, anaranjadas o rojizas.


Quizá sean nuestras imágenes interiores que colorean el otoño, donde el paisaje es el reflejo del interior…con todos sus matices, ser uno más con el bosque. Espacio mitológico, misterioso, silencio, intimidad, fundirse en el color y la niebla…


He paseado por tierras de carboneros: el sobrecogedor Hayedo de Otzarreta, Sarría detenida, Araia cautivadora, Otxandiano escondido, Aramaiona hechizada… “Hoy llevo los ojos llenos de otoño…” He fotografiado, contemplado, escuchado y pisado las hojas caídas. Quizá sea una estación para sentirse bien, simplemente…en silencio, en armonía.



Entre las hojas podemos adivinar las huellas de pisadas de Basajaun con su enorme cuerpo en forma humana o le sentimos mimetizado simulando una vieja haya, señor de los bosques, guardián y protector de los árboles.
A veces la nieve llega muy pronto, una mañana fría de primeros de noviembre y nos visita a deshora cuando aún están los bosques rojizos. No temas al otoño, si ha venido…aunque caiga la flor, queda la rama y la rama queda para hacer el nido.” Leopoldo Lugones


Benito Lertxundi nos canta:
 “Udazken koloretan, 
landen lurrinak zeharkatuz, 
hitaz oroit eta higan nauk, 
hain soil hire heriotzean, 
hain xume, adiorik gabeko partitzean.” 

“En los colores de otoño,
atravesando los perfumes de los campos,
evocándote, estoy en ti,
tan sencillo al morir,
tan simple al irte sin un adiós.”



4 comentarios:

Miren Garmendia Etxenike dijo...

Esther...
Muy bonita tu entrada del blog... las fotos estupendas y los poemas tan ricos!
Milesker!
Miren

Robín dijo...

Abandonada al lánguido embeleso
que alarga la otoñal melancolía,
tiembla la última rosa que por eso
es más hermosa cuanto más tardía.

Tiembla… un pétalo cae… y en la leve
imperfección que su belleza trunca,
se malogra algo de íntimo que debe
llegar acaso y que no llega nunca.

La flor, a cada pétalo caído,
como si lo llorara, se doblega
bajo el fatal rigor que no ha debido
llegar jamás, pero que siempre llega.

Y en una blanda lentitud, dichosa
con la honda calma que la tarde vierte,
pasa el deshojamiento de la rosa
por las manos tranquilas de la muerte

Esther Merino dijo...

Bellisimooo...!

Esther Merino dijo...

Me alegro de compartir poesia y naturaleza.