He vuelto a ir, y cada vez es distinto. La “Playa de las Bolas o de los Fósiles”, “El Cerebelo”, “Boca de Tiburón”, “Concha”, ”Valle de los Colores”, o todo lo que cada uno quiera…porque un paseo por estos lugares despierta la imaginación e invita a soñar.
El cromatismo y formas provocadas por la erosión, el mar y sus olas golpeando las rocas, azul como el cielo que nos acompañó toda la mañana, el estrenado verde de la primavera, la compañía y una buena comida completaron el plan de un estupendo domingo de mayo. Tanto y tan cerca de casa…
Dejamos el coche en la carretera que sube a Jaizkibel, en un pequeño parking a la izquierda marchando desde Donostia dirección Hondarribia, entre los kilómetros 11 y 12. Ahí comienza una pista que va descendiendo hacia el mar para dar justo con la “Playa de los Fósiles”, y desde allí se tiende hacia la izquierda siguiendo el itinerario marcado en blanco dirección Pasai Donibane. Una vez que se llega al “Valle de los Colores” (se distingue fácilmente por los tonos rojizos de las rocas), por donde discurre una “erreka” que invita al baño, se asciende de nuevo buscando la pista que nos llevará otra vez a la carretera en recorrido circular.
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