Gruñidos y risas, garabatos y rectas, giros sin ruedas.
La gasolina, para las regaderas: nosotros somos gangsters rudimentarios y gustamos de reinventarnos generando rutas, gozamos robándoles geografías a los roncaleses.
Gabinete de rabinos, galactosa en ruinas y senalag ed omar nu.
Gladiolos, renacuajos, gallinas; ranas, gusanos y rumiantes: sí.
Gorilas, reptiles, garzas y rastrojos: no.
De pronto gotea ruidosamente gárgaras de rayos sin gentilicio.
Mi gozo en un rizo.
¿Guarecernos? Rápido, un batido de goretex con relámpagos (servir muy frío).
Gurrumino que reverdece, guerrilla reumatoide.
Luego gobernamos remiendos, gesticulamos razones y, de premio, nos ganamos un resol.
Gastamos ronroneos.
Nuestro guardarropa ridículo gime ruidos guturales sin remilgos.
Gimnasia que rebosa.
Glorieta receptiva.
Ganas.
Ruidos.
Guarnición revalorizada.
Y fin.
eider elizegi telletxea
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