martes, 11 de febrero de 2014

Castro Valnera (1817 m) - Ana Ruiz Pérez




Después de un viernes de celebración en la Gala del Montañismo Vasco en Iruña con reparto de premios entre varias conocidas (Mónica Serentill, Luisa Alonso Cires y la que suscribe), casi de empalmada nos vamos hasta Espinosa de los Monteros para subir en esquís de travesía el monte Castro Valnera, situado en la Cordillera Cántabra.


Bastó una breve mirada al monte para decidir que con la poca nieve existente los esquís se iban a quedar en el coche, a excepción de Maite, que como está más fuerte que el vinagre, no le importaba portear a la espalda. Idoia y yo intentaríamos solventar la nieve blanda y profunda echando el resto y bajar la supercena ofrecida en la Gala, ya que el resto de la gente con la que íbamos subiría en raquetas.


El paisaje desde Lunada es precioso y las cabañas existentes en el recorrido le dan un toque entrañable. Poco a poco fuimos ganando desnivel con un tiempo increíble, para estar de borrasca en borrasca y tiro por que me toca. El sol hacía que la nieve estuviese bastante húmeda por lo que nosotras tuvimos que hacer malabares para no meternos hasta la cadera, pero a pesar de ello y con las ganas que teníamos de hacer montaña este hecho se quedaba en nimiedad.


Como todo no iba a ser jauja, un cambio repentino en el tiempo dió paso a una ventisca con granizo justo al llegar al collado. Decisiones... los de las raquetas no llevaban material necesario para acometer la pala (piolet y crampones) y decidieron retirarse. Nosotras, las tres guerreras, decidimos tirar para arriba y si proseguía la ventisca nos bajaríamos por el mismo sitio.



La gran pala directa al plató que da paso a la cima nos protegía de la ventisca y contábamos con una huella perfecta, así que a cada paso nos íbamos motivando más y más... Una vez arriba en el plató, el sol inundó nuestras cabezas, el viento paró y la cima se nos presentó más apetitosa que nunca.




Es increíble como el tiempo puede cambiar a peor o mejor en segundos, como puede hacer disfrutar o sufrir... y gracias a tener la suerte a favor nuestro, neskalatzaileak coronamos cumbre contentas y felices.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Un dia muy molin. El tiempo loco y todo el monte para nosotras. Merecio la pena subir los esquis, a ver si la proxima ne acompaña alguien, que en el tema del vinagre andamos unas cuantas metidas... Muy happy tambien de volver a juntarme con mis dantzaris llorones.
Mai