Cecilia Buil relata en su blog la escalada de la cascada de hielo Lipton Ice, en Noruega. Una extraordinaria y emocionante narración que transmite la belleza y la dificultad del reto.
.... Antes de empezar estaba nerviosa. Tenia miedo del primer largo, pues me había caído de segunda en la zona fina de la columna debido a que se me rompió una coliflor, algo que hacia años que no me pasaba. La fragilidad de la estructura, una columna que apoya solamente algo más de un metro cuadrado, no permite golpear mucho y aunque los tornillos quedan bien no apetece testar la resistencia de la columna. Entre nerviosa y emocionada porque ya llegaba el momento, repasé los movimientos para salir del techo y me imaginé acertando en los golpes a la primera y pasando elegantemente.
En cuanto se sale de la confortable reunión el vacío sobrecoge. Los carámbanos que cuelgan descubren bajo los pies un gran desplome. El hielo solo apoya algo más de medio metro, pero las condiciones noruegas son inmejorables. El hielo es amarillo y homogéneo, oro helado, que hace que los tornillos den confianza en lugares que no la darían en ningún otro clima. La totalidad del segundo largo está colgado y los pies danzan por debajo de las líneas de fractura uniendo un carámbano con otro, una medusa con la otra. El oro sale de una fisura en la roca. Crece hasta que se tapona y entonces la cascada define su forma para el resto del invierno. La cortina que baja por el torrente crece hasta que su propio peso le vence y se rompe. Entonces crecen más carámbanos sobre ella y cubren el techo de hielo para dar lugar a un largo desplomado durante varios metros. Esta cascada puede estar entre 6 y 7 dependiendo de cuando y como la encontremos en la temporada. Solo después de que la columna principal se rompa está escalable con la máxima dificultad técnica.
No hay que confundir esta dificultad técnica con el compromiso, que, aunque con frecuencia va asociado por la naturaleza del hielo, en algunas ocasiones, y normalmente en países con la temporada muy larga, un hielo excepcionalmente bueno o unas características especiales, como el caso de Lipton, hacen que el aseguramiento sea bueno para lo que cabría esperar de un desplome de hielo. Por eso Lipton es oro, es algo excepcional que no se da con frecuencia.
Cuando llegué al paso vi que el tornillo invertido, que dejé puesto por no trillar más el escaso espacio para asegurar, había cogido una holgura de 3 centímetros. Para entonces ya tenía los brazos hinchados y los gemelos ardiendo de pelearme con la medusa desplomada que está antes del techo y con el tornillo que puse sobre ella. Intenté coger aire y rosqué de nuevo el tornillo invertido. Me dio miedo verlo así. El calor de los últimos días había hecho estragos en todas las cascadas. ¿Habría afectado también a la resistencia de la que ahora estaba escalando? No me quería imaginar testando la resistencia del tornillo. Aunque tengo otro tornillo corto muy cerca no acabo de fiarme. Los miro, tiro de ellos y compruebo una y otra vez. Lanzo el pie derecho hacia los carámbanos del techo. Después de dos intentos consigo que se quede algo precario sobre el hielo fino. Empotro el piolet entre la pared y el hielo y paso el peso al pie derecho, ¡mierda! Se me van los dos pies. Empiezo a hacer el cocotero con el carámbano, pataleando para intentar volver a colocar los pies. ¡¡Mierda, me voy a caer!!¡¡Aaaaaahhh!!!, Grito, pataleo. Grito más, como una loca. Consigo clavar un pie. ¡¡¡Salgo!!! ¡Si! Los brazos me explotan. El piolet queda bailando porque la pared impide lanzarlo para clavarlo bien. Me tiemblan hasta las orejas, Josito!!. Es el largo mas difícil técnicamente que he hecho hasta ahora, de eso no tengo duda.
Al llegar a la reunión veo como tengo numeroso público en la carretera. Han tenido espectáculo. Me hubiera encantado ver a alguien escalar Lipton desde la carretera. Cuando volvemos a grabar el último encontramos una pareja de alemanes que nos dicen que saben de la escalada de una chica española. Good effort, me dicen,” we knew about your climb”. Creo que grité mucho y se enteraron en todo Rjukan. Me da un poco de vergüenza, pero pienso que no se ven muchas mujeres escalando de primeras por aquí y, posiblemente, haya sido la primera ascensión de la vía liderando todos los largos.
Foto: desnivelpress
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