sábado, 7 de enero de 2012

Experiencia en el Aconcagua (6962 m) - Lourdes Basterretxea Kerexeta



Aconcagua (6962 m) desde Bonete

Es obvio que he participado en un programa de televisión, más concretamente en un reality de ETB llamado “El Conquistador del Aconcagua”, pero lo más importante ha sido la gran experiencia que he vivido en esa montaña y eso es con lo que me quedo y lo que realmente os quiero contar. 


Tal mes como éste, el año pasado en enero de 2011, me llamaron para decirme que había sido seleccionada y en 20 días arrancaba un largo viaje a Argentina. Al principio, tuve mis dudas por miedo al programa y reality, pero sin pensarlo demasiado, finalmente me decidí a ir. Hoy estoy convencida de que fue una muy buena decisión.

Como ya imaginaréis, el primer día fue muy duro, el reality se palpaba en el ambiente (las cámaras, los compañeros, las pruebas, las nominaciones…), pero poco a poco te das cuenta de que a ti lo que te gusta es el monte y que yo, sobre todo, había ido allí para disfrutar del mismo. Así que al margen del concurso, me concentré en pasarlo lo mejor  posible, disfrutar de la experiencia y aprender al máximo de todo lo que me estaba ocurriendo. Así creo que ha sido.

Todo comenzó a 2000 metros, en Valle Hermoso, a unos 600 km del parque natural del Aconcagua. Allí conocí a mis nuevos compañeros y mi nueva forma de vida durante el siguiente mes. Poco a poco fuimos ascendiendo y aclimatándonos. Pasamos muchas penurias, tanto en las pruebas eliminatorias como luego en las clasificatorias, en las caminatas de 3-4 horas sin rumbo claro y con una mochila de unos 15 kg, pasando hambre, sufriendo disputas entre los compañeros, duelos, alegrías, lloros, despedidas… hasta que, finalmente, fuimos al parque del Aconcagua. Podríamos decir que la verdadera expedición se inició en Confluencia (3400 m). Una vez allí, aunque comenzamos a alimentarnos correctamente, también empezaron los primeros síntomas de mal de altura, principalmente dolores de cabeza y cansancio al hacer alguna actividad física. 


Plaza de Mulas (4300 m) nevada

Dormíamos en tiendas de campaña y hasta que llegamos a Plaza de Mulas (4300 m) siempre nos hicimos  nuestra propia comida que, obviamente, se basaba en unos pocos hidratos de carbono, pasta y más pasta. A 4300 m la falta de oxigeno se empezó a notar aún más entre algunos compañeros pero, en general, todos nos encontrábamos muy bien y hay que recalcar que, de hecho, las mujeres nos sentíamos mejor que ellos. Trascurrimos casi una semana en Plaza de Mulas y, entre prueba y prueba, intentamos aclimatarnos, como por ejemplo subiendo el Cerro Bonete (5050 m), a una marcha más rápida de lo normal debido al concurso.

Por fin, tras esa semana, la verdadera expedición al Centinela de Piedra comenzó. Ya no hacía falta correr ni competir, lo importante era seguir disfrutando de la aventura e intentar hacer cima, esto es, llegar a los 6962 m que tiene el Aconcagua y ver si podíamos con ella o ella podía con nosotros. El primer día las personas “elegidas” subimos hasta Nido de Cóndores (5250 m) y porteamos gran parte del material que necesitábamos (ropa, saco, comida, tienda de campaña, crampones…). Volvimos a bajar hasta Plaza de Mulas, dónde pasamos la noche con nuestros compañeros. A la mañana siguiente regresamos de nuevo a Nido, con el resto de material que nos quedaba por subir. Allí pasamos dos noches. A esta altura, para los que lo desconocéis, hay dos experiencias a destacar: por un lado, teníamos que coger nieve y hervirla para poder beber y cocinar, y por otro, las necesidades las debíamos hacer en una bolsa y llevarla en la mochila hasta la vuelta al campamento base (Plaza de Mulas), ya que al no haber oxígeno las heces no se desintegran y la montaña quedaría hecha una auténtico desastre.


Nido de Cóndores (5250 m)

Después de los dos días nos fuimos para Cólera (6000 m). Si mal no recuerdo la caminata fue de unas 4 horas, y aquí empezaron los grandes problemas de respiración y dolores de cabeza de la expedición. A algunos compañeros les costó mucho alcanzar Cólera y una vez allí sufrieron tremendos dolores de cabeza, incluso tuvieron nauseas y vómitos.

Por último, el día 3 de marzo de 2011, con Juanito Oiarzabal como guía y aprovechando la ventana de buen tiempo, nos levantamos a eso de las 3.30 h y a las 4.30-5 h de la madrugada, con una temperatura de -20º aprox., Boliki, Aitzi, Txile, Mikel Goñi y yo salimos hacia la cumbre. El camino fue largo y duro, algunos de mis compañeros por diversas causas (frío, síntomas de congelaciones, cansancio, falta de oxígeno, dolores…), se quedaron en el mismo y no consiguieron hacer cumbre. Paramos varias veces, tanto en Independencia (6400 m) como en la Cueva (6700 m) para recuperar un poco las fuerzas, descansar unos minutos, beber y comer algo. Tras la Cueva, pasamos por la Canaleta, lugar precioso, mucho más estrecho y con mucha pendiente, lo que hace los últimos metros de la ascensión aún más duros. Finalmente, a eso de las 12-12.30 h de la mañana llegamos a la cima. Fue impresionante!!!! Yo me encontraba muy contenta, satisfecha de haberlo logrado y de haber llegado tal como llegué. Me sentía bien, sin problemas de altura y con fuerza en las piernas para ser capaz de bajar de nuevo hasta el campamento base. ¡¡Fue alucinante y me sorprendí a mi misma!! ¡¡Disfruté de las vistas, del paisaje, de la inmensidad de los Andes!!... Luego, volvimos a Plaza de Mulas, no estoy segura cuanto tiempo estuvimos bajando, pero imagino que transcurrirían otras 6-7 h aprox. hasta volver a 4300 m.

La verdad es que la aventura ha sido inolvidable. Es cierto que ha sido un concurso, pero yo me quedo con la experiencia vivida, con todo lo que he aprendido y los amigos que he hecho. Me he conocido a mi misma más de lo que me conocía, he visto cómo reaccionamos las diferentes personas ante las mismas situaciones, he aprendido a valorar lo que tenemos aquí y darme cuenta de que (aunque suene a un tópico típico) con cuatro cosas se puede ser más feliz que con un millón (dos ropitas, algo de comida y sin ducharme en todo el mes y estuve genial) y por último, y más importante de todo, he hecho unos amigos que siempre llevaré en el corazón.

Quiero terminar diciendo que siempre he sido bastante aventurera y me ha encantando el deporte (monte, bici, escalada, esquí...) pero esta experiencia me ha demostrado que no tenemos que tener miedo a los retos y que debemos seguir adelante, hasta cuando parece que tenemos todo en contra. Siempre puede haber algo que todo lo cambia. Por lo tanto, animo a toda la gente montañera a que luche por cumplir sus sueños, que yo seguiré para conseguir los míos.

Muchas gracias a todo el  mundo y un muxu enorme!!!




Lourdes Basterretxea Kerexeta (Lur)


4 comentarios:

Anónimo dijo...

ZORIONAK!!
oporretan egon naizenez ez nuen azken kapituloa ikusi baina suposatzen dut realiti osoan zehar islatu duzunaren parekoa izango zela: tipa alai bat mendiaz/egoeraz gozatzen (eta ez dut uste gauza erraza izan behar duenik hau lortzea realiti baten formatoarekin.... )Eskerrikasko blog honetan zure berri emateagatik.
esti

Anónimo dijo...

Mila esker Esti!!!! Arrazoia daukazu, ez zan erreza izan, baina alaitasunaz eta positiboa izaten aurrera jarraitu daiteke!! Patxos! Lur.

Anónimo dijo...

simplemente: eres grande lur!!!alai

Anónimo dijo...

Mila esker Alai!!!! ondo segi!!!! Lur.