Monreal, con su puente medieval
Siempre que he circulado por la autopista desde Iruña hacia la Ribera navarra en mis viajes familiares, la sierra por encima del pueblo de Tiebas me pasaba totalmente desapercibida. El paso por El Carrascal tan sólo me proporcionaba el desvío de la mirada hacia las ruinas del castillo, evocándome antiguas batallas por la resistencia navarra. Un poco más adelante, el horrible tajo de la cantera me hacía desviar la vista hacia la carretera, continuando con mis pensamientos puestos en el viaje… El cartel de La Valdorba, poco después, volvía a desviar mi atención hacia esa zona de iglesias románicas y pueblitos únicos, que ya tengo el privilegio de conocer…
Este último fin de semana una salida con el club me abrió los ojos hacia esta parte de Navarra, para mí totalmente ignorada. ¡Cuántos lugares de nuestra geografía cercana todavía por recorrer!.
Nos adentramos en un precioso bosque
Salimos del pueblo de Monreal (550 m), al pie del Elomendi o Higa de Monreal, como normalmente se le denomina, en una mañana fría y soleada, tan apetecible después de varias jornadas de lluvia. El día limpio, azul, brillante, un regalo para hacer cualquier actividad al aire libre. La temperatura, baja, unos 4 grados, pero ideal para caminar ya que el sol de mediodía no llegó a agobiar, circunstancia que sería “normal” ya en esta época del año. Rodeamos por la cara oeste la Higa, en continuo ascenso por el camino de Malpica, y más adelante nos adentramos en un precioso bosque. Agradable sendero por el que caminamos a la sombra, acompañados de los sonidos de los pájaros.
De vez en cuando salimos a verdes explanadas para volver a meternos en bosque cerrado, hasta llegar después de un rato a la carretera abierta para la construcción del parque eólico, por el que pasamos admirando el entorno que nos ofrecían esas “moles” enormes mezcladas con los tonos amarillos y verdes que rodean al boj. Las vistas sobre el Elomendi y el parque eólico son impresionantes.
Verde brillante en los bosques
De vez en cuando salimos a verdes explanadas para volver a meternos en bosque cerrado, hasta llegar después de un rato a la carretera abierta para la construcción del parque eólico, por el que pasamos admirando el entorno que nos ofrecían esas “moles” enormes mezcladas con los tonos amarillos y verdes que rodean al boj. Las vistas sobre el Elomendi y el parque eólico son impresionantes.
Entre molinos y boj
Transcurrimos por el lugar denominado “lo del rey”, manteniendo la altura, hasta llegar a un collado en el que descansamos y comemos algo, antes de comenzar la primera subida del día a la primera de las cimas de la Sierra, el Santa Cruz (1051 m). Después de descender a otro collado, siguiente subida hasta el Alaitz (1167 m), altura mayor de la sierra, para ir cresteando. Pasamos por el Orranaundi (1055 m), bordeando el Izula (1015 m), para disfrutar de unas preciosas panorámicas sobre la Cuenca de Iruña hasta las cimas del Pirineo.
Empieza el descenso hasta el pueblo de Unzué, donde termina esta preciosa travesía. Pueblo con una hermosa iglesia que no pudimos visitar y donde nos cambiamos y comimos después de un magnífico día de montaña. En total 20 km y 1.000 m de desnivel acumulado. Los días así merece la pena disfrutarlos.
La Cuenca de Pamplona vista desde la sierra
Vista de la cima del Elomendi (izda) y parque eólico.
Al fondo Pirineos
Descendiendo para subir al Orranaundi.
Nada más que verde..
Vistas del Pirineo
Cima de Orranaundi
Empieza el descenso hasta el pueblo de Unzué, donde termina esta preciosa travesía. Pueblo con una hermosa iglesia que no pudimos visitar y donde nos cambiamos y comimos después de un magnífico día de montaña. En total 20 km y 1.000 m de desnivel acumulado. Los días así merece la pena disfrutarlos.
Descenso hacia Unzué (al fondo)
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