Sendero PR-S77
Inicio: Aparcamiento de los Collados del Asón (682 m)
Tiempo en marcha: 4 h
Desnivel: 875 m
Distancia: 16.7 km
La espectacular cascada de Cailagua, que origina el río Asón, nace en una zona de interés excepcional al sudeste de Cantabria, el Parque Natural de los Collados del Asón. En el Hoyón de Saco, una cubeta de origen glaciar situada bajo la cumbre de La Colina, se filtran y recogen las aguas que durante un buen trecho circulan subterráneamente, para aflorar a la superficie por la llamada Cascada del Asón.
El PN es un espacio protegido que ocupa más de cuatro mil hectáreas en el municipio de Soba, en un área tradicionalmente poco poblada, lo que ha posibilitado la conservación de su riqueza. Afloramientos calizos, bosques de hayas y encinas, praderías, invernales, ganado y fauna silvestre conviven en un entorno declarado Parque Natural en 1999.
Al NE del parque, la Sierra de Hornijo
(Porra de Mortillano, Mazo Chico y Mazo Grande)
El origen de las caprichosas formas rocosas hay que atribuirlo a la naturaleza de la piedra caliza y a los procesos glaciares y fluviales a los que ha estado sometida a lo largo del tiempo. Durante la última glaciación cuaternaria los hielos llegaron hasta el valle del Asón, la zona europea más meridional ocupada, creando glaciares que al suavirse el clima y retirarse los hielos dejaron al descubierto depresiones cónicas, plataformas de abrasión glaciar y valles antes ocupados por morrenas. Después la acción fluvial terminó de modelar la roca, dando lugar a importantes extensiones de lapiaces o garmas, poljés, dolinas y a un amplio sistema de cavidades y simas, que forman una red compleja de galerías subterráneas.
Castros de Horneo
El Parque Natural está cruzado por varios senderos señalizados que permiten disfrutar de la zona y no perderse en la garma. El PR-S77 se inicia en la pista empedrada que arranca del aparcamiento de los Collados del Asón (682 m). En diez minutos se llega a un cruce con señales (870 m), tomando hacia el NE, en dirección a los Castros de Horneo. A nuestras espaldas quedan los paredones de los Campanarios. Al norte se pueden ver el Mortillano, Mazo Chico y Mazo Grande, las cumbres de la Sierra de Hornijo.
El sendero va ascendiendo lentamente, cruzando el hayedo del monte Asón. La belleza de los troncos retorcidos y desnudos nos acompaña por una camino carretero hasta los invernales de Saco.
Hayedo de monte Asón
Invernal en Saco
La Sierra de Mullir (NE)
Desde allí avanzamos sobre la plataforma de abrasión glaciar de la Lastrera, una superficie de roca caliza cuajada de grietas, que constituye un buen ejemplo de la erosión producida por los materiales arrastrados en el lecho del glaciar que ocupó esta zona en la era cuaternaria. Llegamos al Hoyón de Saco, una cavidad semicircular de paredes escarpadas, resto de la cabecera del antiguo glaciar.
La Lastrera, plataforma de abrasión glaciar
Hoyón de Saco, bajo La Colina
Perdemos altura para rodear el hundimiento y seguimos ascendiendo. Enfrente la ladera en hazas amarillentas de Porracolina. Nos separamos del camino marcado para acercarnos a ver la canal de Rolacías.
Porracolina
Volviendo al sendero, continuamos hasta La Colina (1448 m), una cima herbosa y plana, coronada por un hito, desde la que contemplamos al NE el macizo Rocías-Mortillano que se prolonga en el Mazo Chico y Mazo Grande. Al oeste se adivina, más que se ve, el mar Cantábrico y la figura oscura del Buciero. Al NW las terrazas herbosas del Porracolina y, en la lejanía, las cumbres nevadas de Picos de Europa sobresalen por encima de las nubes.
La Colina (1448 m), al fondo Rocías, Mortillano y los Mazos
Descendemos de la Colina y giramos hacia el sur, en dirección al Alto del Carrío. El sendero señalizado tuerce de nuevo, hacia el este, en dirección a Brenacobos. Seguimos perdiendo altura, mientras cruzamos una muralla cárstica por el paso natural de las Escalerucas.
Las Escalerucas de Brenacobos
Andando siempre hacia el este, ladeamos los cabañales de Brenacobos, por encima de Brenavinto. Bajando hasta un hayedo, nos acercamos al cañón de las Hazas del Respiradero. Los paredones calcáreos protegen un pasillo abierto por el agua, en el que la vegetación crece en busca de la luz.
Alto del Carrío sobre Brenacobos
Hazas del Respiradero
A la salida del desfiladero seguimos bajando entre brezales y tojos hasta las ruinas del invernal de Concischao, una casa aislada y en ruinas de la que dicen que sirvió de refugio a los maquis que se escondían en la zona.
Cabaña de Concinchao
Moncrespo
Bajo las murallas de Moncrespo llegamos al Alto de la Posadía, bordeando el poljé de Brenavinto, magnífico ejemplo de depresión abierta en zona cárstica, ocupada por praderías e invernales. Desde allí recorremos la pista empedrada que nos devuelve al aparcamiento de los Collados del Asón.
Centro de Interpretación Parque Natural de los Collados del Asón (La Gándara, Soba). Proporcionan mapas e información detallada de los senderos. Programan rutas guiadas y gratuitas.
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