La aventura es posible en Euskal Herrria.
La grandeza del montañismo es la variedad de escenarios naturales que tenemos para practicar nuestras disciplinas deportivas. En ocasiones nos alejamos desde nuestra localidad y de nuestros montes cercanos con la ilusión de conocer espacios naturales relevantes y desconocidos, donde podemos dibujar rutas secretas e intrépidas. Uno de ellos es el valle de Aezkoa, que situado en el nordeste de Navarra está situado transversalmente en los Pirineos. El valle es precioso y su orografía es montañosa, con cimas por debajo de los 1500 m. Aquí el Pirineo es más amable, sin el vigor de la alta cordillera más cercana pero con bosques imponentes de robles y hayas que confieren al paisaje otro atractivo, que se complementan con las aguas vivas del río Irati, principal corriente fluvial de la zona. El invierno propicia grandes nevadas, mientras los veranos son suaves y agradables.
El valle está formado por nueve municipios: Abaurrea Alta, Abaurrea baja, Aria, Aribe, Garayoa, Garralda, Orbara, Orbaizeta e Hiriberri/Villanueva donde comenzará la aventura. Solamente la belleza del viaje, desde Iruña-Pamplona justifica el desplazamiento.
Esta excursión, que resultó ser un acontecimiento que nos sacó de la rutina, la trazó nuestro guía Antxon Iturriza, y la dibujó sobre mapa a lo que saliera. Con la ayuda de esa preciosa herramienta que es el GPS de los mendizales Juan Martinez Apeztegia y Alberto Ancín, que da seguridad aunque puede haber sorpresas. Esta rura es, por lo tanto, para gente montañera experimentada y amante de la sorpresa.
Hiriberri/Villanueva de Aezkoa, coqueto pueblo a 923 m de altitud, nos recibe a primera hora de la mañana. Tenemos previsto una travesía con final en Orbaiceta. Por lo tanto hacemos el “juego” de llevar un automóvil a esa no lejana localidad. Cierra el horizonte una hermosa montaña, un espectacular farallón. Es el Berrendi (1354 m), a donde nunca hemos ido. Es por lo tanto esta travesía una novedad en nuestro historial.
Aezkoa Hiriberri (915 m)
Berrendi (1354 m)
Tras el descanso y la tradicional foto de grupo, tomamos el rumbo GPS, retornando al collado Ollokiate y hacia el E, siguiendo las marcas blanquirrojas continuamos la travesía de la cordillera de Berrendi, cerca de la arista cimera, pero sumergidos en precioso y exuberante bosque, que no permite la vista del paisaje. Pero es un recorrido con encanto, hasta que cerca de la cota más alta, conocida como Martxate (1385 m) , sin buzón pero con un cairn cimero, el terreno se despeja y disfrutamos de un panorama novedoso, sobre las paredes de la sierra de Abodi ya cercana y con la fachada pirenaica que no por conocida sigue hechizando.
Comenzamos a perder altura, dejamos atrás el bosque y ya en terreno despejado debemos alcanzar el Xateko lepoa (1335 m), a donde llega una pista pastoril. Abandonando las marcas del GR que sigue su recorrido pirenaico. Justo enfrente una oronda loma es el desconocido y poco visitado monte Auztarri (1412 m) con buzón, incomparable mirador, especialmente hacia el eje pirenaico del norte. Reconocer cimas y collados de la vertiente francesa es un juego.
Y aquí comienza la aventura. Al norte se despliega la selva de Irati, el más extenso hayedo de Europa. Tomamos la referencia del GPS de una borda cerca del rio Irati, al fondo del barranco, que llega desde el pantano de Irabia y hacia allí nos lanzamos. Sin camino alguno, confiando con la herramienta, surcamos un espacio de los más bellos que uno se puede imaginar, en el hayedo impenetrable, porque nos encontramos en total penumbra dado que el follaje no deja pasar el sol. Nos gusta este tipo de itinerarios salvajes, sin ayudas, donde debes rectificar si te equivocas. Perdemos altura sin descanso, atravesamos el bosque de Gibelea y encontramos la pista que por la ribera izda del río nos conduciría hasta Orbaiceta…si la siguiéramos…Pero no nos gustan las pistas y los guías deciden llegar hasta el cauce. Un viejo camino, bastante perdido, ayuda nuestra progresión, se echa un tanto a la dcha y nos coloca en la orilla del Irati que baja saltarín y con un gran caudal de agua….la senda que marca el mapa no está clara. Sabemos que en la ribera dcha discurre el camino normal, balizado con un SL al pantano, pero el abundante agua nos obligaría a desnudarnos, si no queremos mojar nuestra ropa, y además, suponemos que la senda esta alta, a 40 m del agua y hay un pendiente talud difícil de superar.
Hay que seguir por la orilla, en un escenario selvático, en ocasiones por las inestables rocas del lecho, y cuando no se puede, hay que progresar por la montaña. Afortunadamente existe una borrada senda que nos permite avanzar, eso sí con prudencia y sin confianza. Nadie protesta, como deben actuar la gente montañera experta y veterana, curtida en mil batallas. Así es la verdadera montaña, en total anonimato, libertad y soledad. Durante una hora debemos luchar con la maleza orinoco-amazónica que invade el escenario. Objetivo Birmania en Euskal Herria. De repente aparece la pista que ha perdido altura ¡Estamos salvados! Risas. Aun deberemos descalzarnos para salvar el puente invadido por el agua.
Y comentando el precioso periplo, siguiendo por la pista, pisamos la carretera de la fábrica de Orbaiceta, y a 1,5 km a la izda llegamos al pueblo donde el tiempo se para, donde tras 6,15 h de marcha, 16,5 km de recorrido con 750 m de desnivel, finalizamos la jornada deportiva. Disfrutamos al sol de esta diferente travesía, totalmente desconocida, de las que hacen afición y crean ilusión, comiendo una abundante afari-merienda, tras recuperar los coches.
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