Por una vez y para variar, me volví obediente. Paseante obediente. Vagamontañas obediente. Y seguí las marcas sin salirme, como una niña que pintara un dibujo sin salirse para nada de la raya. PR-GI 105. Blanco y amarillo, blanco y amarillo, blanco y amarillo.
El camino me llevó a los rincones más recónditos de mí misma. A donde vive la niña que fui yo. A donde los musgos tapizan árboles y donde los árboles revisten arroyos. A donde el agua salta limpia vestida de tierra y la hojarasca roja que abriga la Tierra.
Y la niña que fui yo me cogió de la mano y me condujo a donde la alegría se alimenta de bayas, moras y culantrillos, a donde el silencio canta murmullos y la lluvia se convierte en el marcapasos que resucita a la quietud y a los helechos. A donde al bosque, convertido en catedral, se le olvida hablar y gruñe, silba y canturrea soplidos, latidos y suspiros. A donde los pinares rezan verticalidad y la niebla subraya el espacio. Me fui, y obedecer mereció la pena.
PR-GI 105. Sale de Arantzazu y llega a Arantzazu. Unas 2h 30min por los paisajes esenciales de nuestra Tierra. Buen provecho.
eider elizegi telletxea
http://vagamontanyas.blogspot.com/
1 comentario:
Eres una poeta. Hablas con el corazón. Gracias
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