sábado, 7 de septiembre de 2019

ISLAS AZORES. El último paraíso ecológico y sostenible - Esther Merino


Islas portuguesas en medio del Atlántico tan lejanas como sorprendentes, cráteres de volcán y vegetación desbordada, paisajes XXL donde el verde es protagonista único. Me centré en visitar sólo la isla de Sao Miguel que para mí lo tiene todo.

Había estado en Madeira el año pasado y quería algo parecido: vegetación y naturaleza junto al mar. Islas Azores era el destino elegido y ha sido magnífico. He encontrado en él lo que más me gusta y el privilegio de que “aún hay comunidades que viven de forma sostenible con sus medios naturales y sin excesivo turismo”.

Las calderas de volcán más conocidas e imprescindibles son Setecidades, Lago de Fogo y Lago de Furnas con sus fumarolas. Pero la isla es más que sus atrayentes volcanes…lo vamos viendo.


Setecidades con su mirador Boca del Infierno es una sensación bellísima de altura a 800 m y calderas de volcán que surgen a los lados…como si estuvieras en otro planeta. A la derecha el Lago Azul y en medio el cono verde y perfecto del Lago do Canario. Un sendero con barandillas de madera acompañan el paisaje.


Lago de Furnas con sus fumarolas sulfurosas y calientes, es un bonito espectáculo. Subir al Pico do Ferro a 500 m para ver desde lo alto el bello lago.


Lago de Fogo 575 m. Un deleite pasear junto a la caldera enorme de este lago que está junto al mar. La nubosidad es algo habitual por la humedad de la isla y la vegetación, los vientos de las Azores están en continuo movimiento, las nubes pasan a gran velocidad siendo una isla con un clima muy agradable pero con cambios de tiempo impredecibles.

Otra sorpresa es la Isla Cráter de Villa Franca do Campo al Sur de Sao Miguel donde esos días Red Bull filmaba sus saltos de altura en un entorno exótico como sacado de cuento. Un privilegio para los ojos y energía concentrada en ese cráter tan curioso.



Azores tiene una belleza paisajística a todo detalle y un entorno ecológico envidiable, rincones cuidados y coquetos como Punta Sossego al este de la isla.


Otros lugares imprescindibles son sus cascadas y entornos de vegetación tropical donde los helechos gigantes son sus guardianes.



El Salto do Cabrito es un rincón mágico.



Caldera Velha: pozas termales ferruginosas y calientes para bañarse en ambiente selvátivo.


El Parque Natural de Ribeira dos Caldeiroes me dejó una grata sensación.


En el Oeste de la isla están las curiosas formaciones pétreas de Mosteiros.
No es una isla de playas, por eso quien viene a esta isla busca naturaleza esencial moldeada por la mano del hombre siendo ella misma, sin construcciones ni edificaciones que alteren el paisaje. Un lugar sin prisas, contemplativo y zen, paisaje en armonía y en paz, donde todo está en si sitio…
Terra Nostra: El Jardín Botánico más bello del mundo (por la revista Condé Nast Travel) donde no sólo se disfruta de esta vegetación de grandes dimensiones sino que hay un lago natural de aguas termales del siglo XVIII rica en sales minerales y hierro. La mezcla de lo exótico y lo exquisito nos acompañan en este paseo romántico-vegetal donde el tiempo se detiene.


Azores, exquisita para los amantes de la naturaleza más caprichosos.


El Mirador de Santa Irina, como muchos otros miradores de la isla es un lugar encantador que invitan al descanso y la contemplación, al silencio. El azul y el verde son la combinación perfecta.



Son numerosos los lugares bellos y únicos de esta isla, para viajeros selectos y no amantes de las de multitudes cada vez más complicado.


“El mar, el mar y tú, plural espejo,

el mar de torso perezoso y lento

nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo…

El mar y tú, su mar, el mar espejo:
roca que escala el mar con paso lento,
pilar de sal que abate el mar sediento,
sed y vaivén y apenas un reflejo…”

Octavio Paz





2 comentarios:

Robín dijo...

Muy bonita la oda al mar de Octavio Paz. Tuvo la valentía y el despertar del mal sueño del marxismo, en 1951, a los 37 años. Alberti, que pudo haber sido grande, que tachaba a Paz de intimista (burgués, claro..), no despertó hasta los oños 80, con 80 años, cuando abandonó su escaño en el Congreso, por el PC. No creo que exista ningún otro poeta en el mundo, que pudo ser grande entre los grandes; que se describiera a sí mismo con tanta exactitud y dramática certeza: "Se equivocó la paloma. Por ir al norte fue al sur. Creyó que el trigo era el agua. Se equivocaba. Creyó que el mar era el cielo. Que la noche la mañana. Se equivocaba..."

Esther Merino dijo...

La poesia y la naturaleza son la mejor fusion, cuando te quedas sin palabras ante la belleza...ahi aparece la poesia.