Hace ya varios años descubrimos esta parte de la sierra de la Demanda gracias a su vía verde. Siempre que volvíamos lo hacíamos sobre la bici con el único fin de entrenar para nuestros viajes sobre dos ruedas. Fue el año pasado cuando pisé por primera vez las montañas que rodean Pineda de la Sierra, y fue precisamente en la salida que hacemos todos los años las chicas de nuestro grupo de monte, Pie Azul. Todos los años el segundo fin de semana de mayo.
Este fin de semana he vuelto a recordar la circular que hicimos las chicas: Pineda de la Sierra- 3 Mojones- San Millan - Trigaza Sur - Trigaza - Pineda de la Sierra, esta vez en otra compañía; sin embargo, me provoca la idea de mezclar fotos de aquella salida de chicas, por el significado que tiene para todas nosotras, con fotos de este fin de semana. El domingo cambiamos de actividad y atacamos la vía verde desde Pineda hasta Arlanzón y vuelta.
CIRCULAR POR TRES MOJONES, SAN MILLAN, TRIGAZA SUR Y TRIGAZA DESDE PINEDA DE LA SIERRA.
Saliendo del pueblo nada mas cruzar el puente se encuentran las marcas rojas y blancas y las estacas, recién por puestas por el ejército, que marcan el sendero hasta la misma cima sin que exista posibilidad alguna de pérdida. Girando a la izquierda comienza inmediatamente el ascenso que no descansará hasta llegar a la cima del San Millán. Atrás, a nuestra espalda queda Pineda de la Sierra.
Estos días de mayo y junio en los que luce ese sol que intensifica los colores de la naturaleza que revive después del largo invierno iluminan también nuestros rostros y nuestra energía.
Atravesamos un pequeño bosquecillo, la única sombra en los 20 kms de recorrido, y lo cierto es que en algunos momentos la echaremos de menos.
Según ascendemos dejamos a nuestra izquierda otra montaña emblemática de la zona, el Mencilla.
A la izquierda apreciamos el cordal que nos llevara a Trigaza Sur desde San Millan.
Y por fin...hacemos cumbre.
El mensaje que nos deja la cumbre: "los valores que enaltecen al ser humano se manifiestan con todo su esplendor en lo mas alto". Desde el alto se aprecian perfectamente nuestras dos próximas cumbres: Trigaza sur y Trigaza.
Hemos dejado a nuestras espaldas el San Millán; nos encontramos en el punto de inflexión antes de comenzar un nuevo ascenso, Collado Flecho.
Por lo que veo, desde el año pasado, han puesto carteles indicadores de la posición... buena idea.
Desde Sierra Llana una panorámica de las dos cumbres de Trigaza.
El último repecho antes de llegar a Trigaza Sur resulta mas sencillo de lo que parecía. Al fondo a la derecha queda San Millán.
El buzón de Trigaza Sur, muy simpático.
Y nuevamente hemos descendido hasta llegar a la cruz de Trigaza. Desde aquí vemos las dos cumbres ya ascendidas.
Objetivo cumplido; aquí estamos las chicas de "pie azul". A nuestras espaldas queda otra de las montañas emblemáticas de estas tierras: San Lorenzo.
Iniciamos el descenso; la primera vez lo hicimos ascendiendo de nuevo Trigaza Sur y desde allí, dejando a nuestra espalda el buzón, campo a través hasta llegar al gran hito.
En mi última visita a estas tierras lo hicimos faldeando Trigaza Sur, evitando de esta manera recuperar altura que mas tarde tendremos que perder.
La pendiente es muy pronunciada; en la primera tomamos cualquiera de los caminos que dejan libre los arbustos que crecen por doquier; en una segunda parte seguimos el camino pedregoso marcado con pequeños hitos
Es increíble como cambia el paisaje de un mes a otro; en mayo de 2015, aunque las flores coloreaban todo el camino de vuelta desde el gran hito, los árboles permanecían desnudos tras el invierno.
En junio de 2016, los árboles lucen hojas nuevas de un verde fresco
Cuando se mezclan la montaña, los arbustos repletos de flores de colores y los árboles renovados no hay mucho mas que pedir
Solo hay que disfrutarlo
Pero el calor, ahora que estamos muy abajo, es sofocante; nos hemos quedado sin agua y, ahora si, empezamos a soñar con algo mas,...una cerveza bien fresquita.
No tardamos en cruzar el puente y llegar al pantano; nunca antes habíamos visto vacas metidas en agua
Durante varios kilómetros continuamos en una ascenso muy tendido y tranquilo que nos ofrece unas vistas muy agradables.
Continuamos solos en la vía verde.
Una vez que nos internamos en el bosque, hay algunos tramos pendientes que piden un pequeño esfuerzo, pero debemos andar con cuidado, a la salida nos encontramos con una pendiente tan fuerte, que aun descendiendo, nos obliga a bajarnos de la bici. Hay que tener mucha seguridad para bajar montada.
Y aún encontraremos otra cuesta (subida y bajada) que nos hará bajar de la bici, aunque son muy cortas. Nos aproximamos a Arlanzón y debemos cruzar la carretera. En este mismo punto hay un parking en el que muchos ciclistas empiezan el recorrido.
Muy cerca de Pineda paramos a comer y a disfrutar de esta tranquilidad antes de volver a casa.
Y por fin...hacemos cumbre.
El mensaje que nos deja la cumbre: "los valores que enaltecen al ser humano se manifiestan con todo su esplendor en lo mas alto". Desde el alto se aprecian perfectamente nuestras dos próximas cumbres: Trigaza sur y Trigaza.
Hemos dejado a nuestras espaldas el San Millán; nos encontramos en el punto de inflexión antes de comenzar un nuevo ascenso, Collado Flecho.
Desde Sierra Llana una panorámica de las dos cumbres de Trigaza.
El último repecho antes de llegar a Trigaza Sur resulta mas sencillo de lo que parecía. Al fondo a la derecha queda San Millán.
El buzón de Trigaza Sur, muy simpático.
Y nuevamente hemos descendido hasta llegar a la cruz de Trigaza. Desde aquí vemos las dos cumbres ya ascendidas.
Objetivo cumplido; aquí estamos las chicas de "pie azul". A nuestras espaldas queda otra de las montañas emblemáticas de estas tierras: San Lorenzo.
Iniciamos el descenso; la primera vez lo hicimos ascendiendo de nuevo Trigaza Sur y desde allí, dejando a nuestra espalda el buzón, campo a través hasta llegar al gran hito.
En mi última visita a estas tierras lo hicimos faldeando Trigaza Sur, evitando de esta manera recuperar altura que mas tarde tendremos que perder.
La pendiente es muy pronunciada; en la primera tomamos cualquiera de los caminos que dejan libre los arbustos que crecen por doquier; en una segunda parte seguimos el camino pedregoso marcado con pequeños hitos
Es increíble como cambia el paisaje de un mes a otro; en mayo de 2015, aunque las flores coloreaban todo el camino de vuelta desde el gran hito, los árboles permanecían desnudos tras el invierno.
En junio de 2016, los árboles lucen hojas nuevas de un verde fresco
Cuando se mezclan la montaña, los arbustos repletos de flores de colores y los árboles renovados no hay mucho mas que pedir
Solo hay que disfrutarlo
Pero el calor, ahora que estamos muy abajo, es sofocante; nos hemos quedado sin agua y, ahora si, empezamos a soñar con algo mas,...una cerveza bien fresquita.
Finalmente entramos al pueblo por uno de sus mejores escenarios: la iglesia de San Esteban Protomártir.
CICLANDO POR VIA VERDE: PINEDA DE LA SIERRA - ARLANZON - PINEDA DE LA SIERRA
La vía del ferrocarril minero fue construida por un empresario inglés con la única finalidad de transportar a Burgos, y de ahí a Bilbao, el mineral extraído de las minas de la Sierra de la Demanda. Aunque fue un absoluto fracaso empresarial, su construcción permitió descubrir uno de los yacimientos arqueológicos mas importantes del mundo, el de Atapuerca.
El domingo no disponemos de mucho tiempo, así que decidimos hacer el tramo mas corto y menos exigente, el que nos lleva a Arlanzón desde Pineda de la Sierra. El trazado total discurre entre Arlanzón y Monterrubio, con un total de 54 km. Han pasado los años y el túnel que evita el ascenso del puerto del Manquillo por la carretera sigue inoperativo, lo que convierte el tramo entre Pineda y Monterrubio en algo menos atractivo, aunque a excepción del tramo de carretera (por el riesgo que supone) es francamente bonito.
Iniciamos la senda por la vía verde, inicialmente floreada y arbolada; a esta hora aún no hay ciclistas en el camino y prácticamente no se oye mas que el piar de los pájaros.
No tardamos en cruzar el puente y llegar al pantano; nunca antes habíamos visto vacas metidas en agua
Durante varios kilómetros continuamos en una ascenso muy tendido y tranquilo que nos ofrece unas vistas muy agradables.
Continuamos solos en la vía verde.
Una vez que nos internamos en el bosque, hay algunos tramos pendientes que piden un pequeño esfuerzo, pero debemos andar con cuidado, a la salida nos encontramos con una pendiente tan fuerte, que aun descendiendo, nos obliga a bajarnos de la bici. Hay que tener mucha seguridad para bajar montada.
Y aún encontraremos otra cuesta (subida y bajada) que nos hará bajar de la bici, aunque son muy cortas. Nos aproximamos a Arlanzón y debemos cruzar la carretera. En este mismo punto hay un parking en el que muchos ciclistas empiezan el recorrido.
Ya en el pueblo todos los ciclistas nos juntamos en el bar de la carretera; tienen un queso producido en el mismo pueblo magnífico (que venden, por cierto). Picamos algo, y cogemos fuerza para la vuelta.
Muchas veces, descubrimos nuevas perspectivas del camino que ya habíamos hecho.
Muy cerca de Pineda paramos a comer y a disfrutar de esta tranquilidad antes de volver a casa.
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