Bré desde lo alto del Monte Bré
En diciembre los días son
muy cortos, los más cortos del año. Así que si lo que se pretende es compaginar
la montaña con el turismo hay que elegir cimas humildes y así poder cumplir
objetivos sin demasiados agobios.
Cimetta tiene en su punto culminante una estación geológica. Las vistas abarcan
360º y desde su cima se pueden ver el punto más bajo y el más alto de Suiza, es
decir, el lago Maggiore (193 m) y el
pico Dufour (4634 m), en el macizo de Monte Rosa.
Macizo de Monte Rosa entre las nubes
Para subir a Cimetta se
parte de Locarno, a orillas del lago Maggiore. Locarno está a una altitud de 200 m y Cimetta
tiene 1671 m, luego el desnivel a salvar tampoco es moco de pavo. Como en
diciembre es temporada baja el funicular que te acerca a Orselina y su dolce
far niente no funcionaba. Tampoco funcionaban ni el telecabina ni el telesilla posterior
que te deja a un suspiro de la cima. Así que, irónicamente, tuvimos que empezar
subiendo escaleras por el Vía Crucis que te lleva a la Madonna del Sasso.
El lago Maggiore y Locarno desde la Madonna del Sasso
Via Crucis al Sacro Monte de la Madonna del Sasso
Todo
el itinerario está balizado aunque en ciertas ocasiones los postes indicadores
dan lugar a equívocos. Una vez alcanzado Cardada, donde acaba el trayecto del
telecabina y empieza el del telesilla, nos metimos a derecho bajo los cables
para dejar de dar vueltas, avanzar más
rápido y no ver así truncados nuestros planes por falta de luz diurna.
Árboles desnudos y alfombra de hojas
Tramo acondicionado
Comienzo y final del circular Sentiero del Tasso
El agua del abrevadero en Cardada es hielo puro
Una pena no tener un poco más de tiempo y poder llegar a Cima della Trosa (1869 m). Siempre ando como lobo hambriento que diría Fito Cabrales.
La Cima della Trossa (1869 m) y Madone (2039 m) me hacen guiños
Estación geológica en la cumbre de Cimetta
Cimetta (1671 m). Cumbre
Por la cima del Monte Boglia pasa la frontera de Suiza con Italia. Tiene una gran cruz, un buzón con una Madonna y, cómo no, los consabidos bancos que suele haber en las cimas de muchos montes suizos. El punto de partida fue
el Lago de Lugano. Aquí si funcionaba el funicular que sube a la primera etapa
del recorrido. El funicular al Monte Bré tiene mucho parecido con el bilbaíno
funicular de Artxanda. Afortunadamente el parecido queda reducido al vehículo
en sí y no al precio (25€ por persona el trayecto de ida y vuelta).
El Monte Salvatore en una mañana con 0º
Funicular al Monte Bré
Desde Monte Bré hay que
perder altura para continuar la andadura a Monte Boglia. Si se elige ir
directamente a esta cima el camino discurre por pista hasta pocos metros antes
de la cumbre. Para bajar nosotros elegimos la vertiente opuesta, siguiendo los
mojones fronterizos.
Una de las fuentes
Sombra del San Salvatore sobre el lago
Monte Bré y Monte Salvatore desde la ladera del Monte Boglia
Alcanzamos un collado donde un poste direccional nos
advertía de la cercanía de los llamativos Dientes de la Vieja (Denti della
Vecchia). Miradita al reloj y cálculo rápido. No había tiempo para más. Así que
el lobo que hay en mí se siguió quedando hambriento. El sendero de bajada estaba
precioso y la hojarasca a veces nos llegaba más arriba de las rodillas. Luego
vendrián de nuevo las pistas; el itinerario es prácticamente circular hasta
llegar al collado con el Monte Bré.
Últimos metros a Monte Boglia
Monte Boglia. Cruz y mesa de orientación
¡Qué pena que Suiza sea
tan prohibitiva para nuestros pobres bolsillos! Ya me gustaría volver para
saciar al lobo hambriento: San Salvatore (llamado el Pan de Azúcar suizo, de
912 m), Monte Generoso (techo de Lugano con sus 1700 m), … tal vez algún día.
Cruz, banco y mojón fronterizo Suiza-Italia
Denti della Vecchia
Fuego del atardecer en Monte Bré, Monte Boglia y Dientes de la Vieja
Un secreto: no le digas a
nadie que en Cardada hay una plataforma panorámica de la leche y que mi hijo y yo no la vimos.
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