En la vertiente de Chamonix,
frente el Mont Blanc, camino del Col du Brevent
Hace una semana me despedí de la Reserva Natural de las Agujas Rojas, en Chamonix. Han sido cinco días de travesía con un tiempo y una compañía inmejorables. He conocido una montaña con una pequeña historia, y a una gran mujer, como muchas que forman parte de este mundo de cimas y valles. Hay un pico que lleva el nombre de “Mont Blanc de las mujeres”, el Pic Buet (3100 m), al que ascendimos el segundo día. La historia cuenta que en el siglo XIX estaba muy mal visto que una mujer ascendiera al Mont Blanc con un guía, cumbre reservada tan sólo a los hombres, por tanto, comenzaron a subir a este pico como entrenamiento en montaña. Poco a poco esta zona se va poblando de mujeres montañeras, con las que nos cruzamos todos los días de travesía.
Vistas desde el Refuge du Lac Blanc
(Aiguille Verte, Drus, Aiguilles de Chamonix…)
Arlette. La guardesa de un refugio en la Reserva Natural de las Agujas Rojas
Delgada y fibrosa, con esa sabiduría que dan los años transcurridos en la montaña, 77 nada menos, nos va transmitiendo los datos que nadie como ella es capaz de dar. El pronóstico del tiempo, las excursiones posibles desde el refugio, las excepcionales vistas, una por una, de los picos y lagos de alrededor…Hemos terminado de cenar en el Refugio Moede Anterne, a 2000 m, después de cuatro días de travesía. Arlette, después de cenar, cuando ya ha despachado a los clientes haciendo las cuentas (cena, cama y desayuno), nos cuenta que es viuda desde hace más de 20 años. Su padre era cazador de rebecos y desde los 11 años ha vivido mucho tiempo en la montaña.
Con Arlette en el refugio Moede Anterne
Hay una pequeña casa (construida a finales de siglo XIX), cerca de lo que es el nuevo refugio (año 1994), que ahora tiene unas cuantas habitaciones y un baño, en la que hemos pasado la noche las ocho personas que terminábamos ya la travesía. Esa casa posiblemente fuera la suya, ahora vieja aunque muy confortable. En la casa grande se hospedaban otras 60 personas más esa noche. Desde la terraza se pueden admirar las cimas cercanas al Mont Blanc que no hemos dejado de ver todos los días. Arlette se casó con un guía de montaña con el que acumuló muchas cimas de la zona, e incluso después de quedarse viuda, con dos hijos, logró también ascender al Cervino con uno de ellos. Subió al Mont Blanc, como no, y también al Pic Buet, una montaña preciosa que nosotros también conocimos.
Acogedor refugio Moede Anterne bajo los Fiz
y con Mme Arlette esperando
Rutas en la Reserva Natural de las Agujas Rojas
Las cimas de esta reserva natural no sobrepasan los 3100 m. Nosotros comenzamos la vuelta desde un poco más adelante del pueblo de Salvagny, a 40 km de Sallanches, dejando los vehículos en un pequeño parking. Llegamos al refugio Grenairon (1970 m) en apenas tres horas de subida por bosque.
Llegando a la cima del Mont Buet (3100 m)
tras pasar la vía ferrata
Al día siguiente salimos temprano (6,30 h), rodeados de belleza, cerca (cadena de los Fiz) y lejos (Mont Blanc y alrededores). Atravesamos la zona de piedras llamada La Catedral, para poco a poco acercarnos al collado desde donde comienza una pequeña vía ferrata que nos conduce a la cima del Pic Buet. La sensación térmica a esta altura era baja por el viento que hacía. Alcanzamos la cima después de cinco horas desde que salimos del refugio. Vistas espectaculares. Una larga bajada nos conduce hasta el siguiente refugio, el de Pierre a Berard a 1925 m. La tarde preciosa y soleada. Muchas mujeres en todo el recorrido…
Llegando a la Aiguillete Argentière, con Mont Blanc al fondo
Otra pequeña ferrata nos espera al día siguiente, la de la Aiguillete Argentière, después de bajar hasta el pequeño pueblo de Buet, acercarnos al Col des Montets (variante del Tour del Mont Blanc o TMB) y más adelante, casi en Tré-le-Champ, ascender por el bosque hacia el siguiente refugio. Pasamos la ferrata y los lagos de Cheserys para llegar al emplazamiento del refugio Lac Blanc, a 2300 m. Estamos enfrente del Mont Blanc, con Chamonix a nuestros pies. Vistas sobre las Grandes Jorasses, Aiguille Verte y Drus, Aiguilles de Chamonix, Aiguille du Midi…Atardecer hermoso, gente de montaña, vida, mucha vida. Los bucardos (bouquetins) se nos acercan despreocupados, hay muchos por los alrededores.
Ferrata de la Aiguillete Argentière
No podía faltar el Mont Blanc
en el precioso atardecer desde Ref. du Lac Blanc…
Al día siguiente vuelve a lucir el sol. Pasamos por varios collados, manteniendo la vista hacia esas agujas infinitas y esa gran montaña. Col de L’Index, Col de la Glière, Col Cornu y Col du Brevent. Los vamos atravesando en un sube-baja hasta que perdemos de vista el Mont Blanc bajando hacia la Garganta de Diosaz, atravesada por el Pont D’Arlèbe.
Pasado el Col de la Glière, vistas sobre los Fiz a lo lejos
Los Fiz desde el Pic D’Anterne
Poco falta ya para llegar a la casa de Arlette, el Refugio Moede Anterne (2000 m), comienzo de este relato de días de montaña. Ya terminamos de dar la vuelta a las Agujas Rojas. Departimos con Arlette brevemente (menos de lo que yo hubiera querido), y disfrutamos del cielo estrellado en nuestra última noche. Un sueño profundo en la habitación de madera con flores en la ventana, en esa cama con sábanas tan confortable.
Último día, subimos al Col D’Anterne y al Pic Anterne (2.400 m), y descendemos al Lac Anterne, precioso lugar, con los Fiz reflejándose en sus aguas. Viene gente, mucha gente…nosotros ya nos vamos, va terminando esta preciosa ruta. Descendemos hacia las Cascadas de Rouget y nos acercamos poco a poco a los coches.
Bajando desde el Pic D’Anterne
con el Mont Buet a lo lejos despidiéndose…
Precioso entorno del Lac D’Anterne
Me despido de Arlette deseándole muchos días más disfrutando de lo que ha sido su vida, la montaña y la gente de montaña. No dejes de trasmitir toda esa sabiduría con esa calidez entre tu gente.
Agujas Rojas, el paraíso montañero de las mujeres…
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