Un saludo a todas las personas que seguís este blog! He necesitado más de un mes para poner un poco de orden en el tema de las fotos, pero sobre todo para reincorporarme a la vida “normal”, aunque esto de tener que trabajar para poder hacer lo que me gusta no tiene nada de normal. Y que mejor prueba que cuando comencé el año sabático no me hizo falta ningún periodo de adaptación, ahora que tengo que volver a trabajar me está costando parte de mi salud física y mental, y todavía hoy es el día en el que no me parece “normal” tener que esperar el fin de semana para poder escalar a gusto (para rematar, además tengo que estar contenta de que así sea, porque con los tiempos que corren…..)
¿Y el titulo? Si que he estado en Yosemite pero no he hecho la Nose (y menos repetirla 30 veces). Hemos estado en un montón de zonas de escalada de las que no teníamos guía y si me preguntáis sobre cuáles son las vías que he escalado la verdad es que No Sé.
Aunque es la 3ª vez que voy al oeste de EEUU, me sigue sorprendiendo casi todo y se lo recomiendo a cualquiera como destino, ya sea de escalada como de turismo, por eso intentare incluir información que pueda venirle bien a quien quiera ir. (Me permitiré la licencia de incluir fotos de los viajes anteriores que por razones climáticas, de oportunidad, etc.… me parecen más ilustrativas)
Golden Gate, San Francisco, antes de aterrizar
Con unos 45 días de antelación reservamos vuelo Bilbao – San Francisco (vía Paris), con Air France por 850€. Hay compañías más baratas (con la propia Air France unos días antes era más barato), pero preferimos coger una compañía que nos diera menos problemas con el equipaje. El coche lo alquilamos desde aquí en “www.ealquilerdecoches”, por 15 $/día (el dólar estaba a 0,72 €).
Del aeropuerto nos fuimos directos a Yosemite. Pasamos una noche antes de entrar al parque, para poder llegar pronto por la mañana y coger alguna plaza de camping. Estrategia poco afortunada porque no había plaza en ninguno de los campings (esto ha sido la tónica general del viaje). Nos pusieron en una lista de espera y tras unas horas de incertidumbre nos adjudicaron una plaza para una noche (esto también ha sido bastante habitual).
Como había que asistir a las citas con los rangers para saber si tenías plaza a la noche os dedicamos a escalar vías cortas por los alrededores. No fue un gran problema porque entre el jet-lag y que el clima era muy incierto tampoco podríamos haber hecho mucho más.
Los de la “lista de espera”
Se veía nieve en las partes altas (el acceso a Toulome estaba cerrado y los rangers no dejaban pasar) y se veían muchas chorreras por las paredes. Nos dijeron que había sido un invierno muy duro y que se había alargado mucho. Ese mismo día fuimos a los primeros largos de la Regular de Royal Arches para ver qué condiciones había y ya vimos que las condiciones eran bastante anfibias.
Chimenea de entrada
en la Regular de los Royal Arches
Así que tres largos de la vía y a superar el “jet lag” en nuestra suite de 1,5 x 2 m y de una sola esterilla....
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