martes, 23 de noviembre de 2010

Volcanes de Arequipa (Perú) - María Ángeles Sañudo



Arequipa. Plaza de Armas 

Arequipa es una bonita y agradable ciudad situada al sur de Perú, presidida por dos volcanes que parecen sus guardianes. Cuando te sientas en la Plaza de Armas a contemplar la catedral, se ve emerger por detrás las impresionantes moles del Misti y el Chachani, que parecen protegerla de todo mal.


Misti (5825 m)

Y claro, si una es montañera ¿cómo sustraerse a la atracción que estas montañas ejercen? ¿cómo dejar pasar la ocasión de subir hasta lo más alto?. Máxime sabiendo que los dos son lo que se podría llamar “montes de fin de semana”, es decir que se sale de Arequipa un día por la mañana y al día siguiente estamos cenando de vuelta en la ciudad, y que además son cimas que no ofrecen dificultades técnicas, salvo el posible uso de piolet y crampones. Los únicos problemas que presentan, pero que no debemos menospreciar, son el frío y especialmente la altitud.



Chachani (6075 m)

Evidentemente, el frío va en función de la época en que los hagamos: a mediados de mayo, época en la que estuvimos, en las horas sin sol la temperatura bajaba en la montaña hasta los 12 – 15º negativos y soplaba un vientecillo helador, por lo que había que llevar buena ropa de abrigo, sacos de pluma y guantes resistentes.

En cuanto a la altura, eso sí puede suponer más problema, porque el Misti supera los 5800 metros y el Chachani alcanza 6075, y como ya he comentado, son subidas muy rápidas, así que aquí conviene seguir los preceptos de la buena aclimatación: beber mucho, andar despacio y, si se puede, intentar hacer algún otro recorrido previo en altura para ir acostumbrando el organismo. Una opción puede ser pasar dos o tres días de turismo por el lago Titicaca, ya que el hecho de estar esos días a 3800 metros sin realizar esfuerzos físicos, algo nos ayudará. Y, en nuestro caso, hicimos también un pequeño trekking por la zona de la cordillera de Chila, lugar en el que se encuentra el nacimiento del Amazonas, que ya nos supuso estar cinco días alrededor de los 5000 metros.

Una vez emprendida la ascensión el funcionamiento es parecido en los dos volcanes: aproximación en vehículo, una caminata más o menos larga, una gélida noche en tienda de campaña, madrugón tremendo para empezar a andar hacia la 1 de la mañana, regreso al campamento al cabo de unas 12 horas, recoger todo y vuelta para abajo, al coche que nos espera y de nuevo a Arequipa. Pero cambian los tiempos y el tipo de recorrido.


Últimas rampas del Misti

- En el Misti, a pesar de ser el más bajo de los dos, se hace más desnivel y más horas de andar porque el coche nos deja más abajo, con lo que el primer día se suben 1200 metros de desnivel (unas seis horas) hasta el campamento y el segundo día se remontan otros tantos hasta la cima y se baja todo de golpe, lo cual es una soba importante.


Hacia la cima del Misti 

Cráter del Misti


- En el Chachani es mucho menor la caminata hasta el campamento (como mucho un par de horas) y también la bajada al día siguiente. Sin embargo este monte, sin ser difícil, sí puede presentar algún problemilla más: uso de crampones y piolet y algunos flanqueos en nieve-hielo que pueden ser un poco delicados.


Hacia el campo base del Chachani

El Misti desde el Chachani 

Bajando del Chachani 

Para estas ascensiones podemos consultar en cualquiera de las numerosas agencias de Arequipa donde nos proveerán de lo que necesitemos. Podemos contratar simplemente un medio de transporte que nos lleve hasta la base de las montañas y ocuparnos de todo lo demás, o por el contrario optar por un servicio “integral” que incluya además del desplazamiento: tienda de campaña, cocinero, comida, guía e incluso un porteador. Y entre ambos extremos, hay multitud de opciones intermedias, a gusto de cada cual.


Chachani y Pico Fátima

De vuelta en la ciudad y con la satisfacción del deber cumplido, merece la pena darse una vuelta por el centro para ver su arquitectura: los edificios coloniales, sus iglesias y conventos, y de manera especial el Museo de Santuarios Andinos donde podemos conocer la historia de la momia “Juanita” (que en realidad no es una momia sino un cuerpo perfectamente conservado), que se encontró hace unos años prácticamente en la cima del Ampato. A poco que te gusten estas historias, seguir las explicaciones sobre su descubrimiento y observar con tus propios ojos el cuerpo de la niña y los objetos que fueron hallados junto a ella, te ponen la carne de gallina.

Así que por todos estos atractivos y otros que se me quedan en el tintero, animo a quienes viajen a Perú a que reserven unos días para esta parte del mapa.


Mª Ángeles Sañudo
Fotos: Iñaki Carranza


1 comentario:

Juan korkuerika dijo...

Me ha encantado. Buena entrada y buena información... Saludicos y hasta la vista alpinistas!