Primera ferrata construida en el País Vasco, situada en Sobrón (Alava) junto al río Ebro y en un ambiente montañoso de gran belleza. K2, K3 y K4 en progresión. Vas superando espolones interminables, la última parte aérea y expuesta con dotes alpinas por falta de grapas aunque no se echan en falta.
No es un rincón de nuestra geografía especialmente vulnerable porque lo cruzan varias líneas de alta tensión (por lo de “dañar el medio ambiente” con grapas y líneas de vida). El inicio junto al antiguo balneario es sencillo y bonito (K2), aunque no sabes muy bien cómo avanzar por las crestas: la mejor opción es a horcajadas. Esta ferrata tiene pocas grapas y hay que usar mucho la roca tanto en manos como en pies, pero está muy bien hecha.
Aquí ya empezamos a trepar de lo lindo (K3) y al mirar al fondo no sabes el tiempo que vas a necesitar. En total indican como tres horas y yo creo que está bien porque sí las necesitas, no da tregua. (La primera vez nos echamos atrás en el tercer tramo porque amenazaban las nubes).
Seguimos avanzando por los espolones interminables, sube, baja, sube, baja…(K4).
Por fin llega el final de la cresta, lo hemos pasado muy bien, da alivio acabarla, parecía interminable…!! Satisfechos volvemos bordeando las crestas por el camino habilitado.
Junto a ella está el bar, piscinas y una empresa de deportes aventura para alquilar el material. (Consultar los horarios de apertura, las piscinas y bar)
Ha sido un acierto esta ferrata, los espolones son bellísimo. Una vez que ya lo conocemos hay que repetir pero más tranquilos y sin sorpresas… Al ser larga es bueno preveer bien la meteorología.
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