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La isla de Benidorm desde el puerto de la ciudad. |
Escapadita a
Alicante para un finde alargado como buenamente permite el calendario laboral
de una trabajadora en activo. Billetes cogidos con más de dos meses de
antelación en esas condiciones tan flexibles que te ofrecen las compañías
aéreas: no se permiten cambios ni modificaciones. Así que cuando llevas la
ilusión como motor, pero las condiciones físicas mermadas, encomiéndate a quien
más confíes pero no a una compañía aérea.
Viajar en avión
puede ser todo un coñazo; suponer todo un descalabro. Llegar al aeropuerto con
tiempo para preguntar en seguridad si está permitido llevar en el equipaje de
mano unos bastones de trekking (pues no, señora) y tener que recurrir a los
amigos que te han acercado al aeropuerto para que se queden con ellos en
depósito. Mientras, te preguntas cómo
vas a arreglarle sin ellos con tan mala pata y llevando tan mal la pata.
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Isla de Benidorm o Isla de los Periodistas. |
El caso es que el
día de nuestra llegada a la ciudad, explicándole a la Reineta la leyenda de la
Isla de Benidorm, encontramos en Google otra diferente a la que yo sabía y que
nos proporcionaba una meta más a sumar a las que ya llevábamos: visitar la isla.
Objetivo que no pudimos finalmente lograr debido a las mediocres condiciones
medioambientales y a que no había
servicio de barcos los domingos. Ahí es ná.
Resumiendo de
forma muy breve, el llamativo tajo del Portell, ese trozo de roca que le falta al
cresterío del Pic Prim, no es otro que la citada isla.
Y la causa de ese formidable tajo, el origen de esa pequeña isla, no fue otro
que el amor que sentía el gigante Roldán por su amada. Puesto en aviso de que
la muchacha moriría al ponerse el sol, cuando el último rayo tocase la cabaña
en la que los enamorados vivían, al objeto de alargar un poquito más la vida de
su compañera, Roldán rompió de un puntapié la montaña para dejar pasar aunque
fuese por un momento fugaz los rayos de sol que la mantendrían con vida. Y
aquella roca fue a parar al mar y allí viven para siempre los dos enamorados.
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El Puig Campana y su tajo desde el puerto de Benidorm. |
Así que nos
fuimos desde Benidorm, a donde llegamos en bus, hasta la Font del Molí, Finestrat, en ¡taxi! por 20
euritos de nada. Que como era domingo la tarifa cambiaba. Al comienzo de la
calcetinada, nos acercamos a un panel informativo y… allí estaba él esperándome,
para dar comienzo a una efímera pero intensa amistad de esas de no olvidar en
lo que te queda de vida. Un rudimentario palo de madera, sacado de no sé qué
bendito tipo de árbol, y que en mi fantasía desbocada habría subido ni sé las
veces el Puig Campana, aguardaba mi llegada para agarrado a mi mano ayudarme a
alcanzar el punto más alto de la montaña. Y luego hay quién no cree en las
casualidades.
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Font del Molí |
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Ahí estaba él esperándome. |
Las posibilidades
para subir el Puig Campana son varias. Está el ascenso por el Carreró o
pedrera, que hoy en día se señala como el kilómetro vertical, o bien rodearla
completando una circular con ascenso a su cima. Tomando como punto de partida la Font del Molí (Finestrat),
muy frecuentada por los lugareños que acuden con montones de recipientes para
beneficiarse luego en sus casas de sus aguas, los accesos están perfectamente
balizados. Aquí empieza la PR-CV 289.
Nosotras dimos la
vuelta en dirección contraria a las manecillas de reloj. Esta “mitad” es algo más
larga que la que va hacia el W y el terreno, sin ser difícil, es algo más
complicado. Durante el trayecto pudimos ver entre la niebla la Mameleta y el skyline de Benidorm.
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La Mameleta y el skyline de Benidorm. |
Se pasa a escasos metros de la Cova del Cremat y por la Fuente de
la Solsida. Llegamos al cruce de ascenso a la cima. Y nos acercamos hasta
un nevero del s. XVIII, el Pouet de Neu. Desde el collado donde se une este
sendero de subida con el llamado kilómetro vertical, Carreró o pedrera, trepamos
a una cima del cordal que va al Pic Gros, pico más alto de los dos que forman
el tajo de Roldán (el otro es el Pic Prim), porque nos atrajo la figura de una
cruz recortada en el cielo. No obstante la subida a la cumbre queda hacia el
otro lado, hacia la izquierda.
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El tajo asomando entre la niebla. El único momento de la jornada en que nos permitió observarlo. |
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La fuente de la Solsida tenía agua. |
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Trepando a la cota de la cruz con la cumbre del Puig Campana de fondo. |
El sendero rodea la parte cimera para ir
subiendo cómodamente. En su punto más alto hay un vértice geodésico pero el
buzón colocado por el Santutxu MT había desaparecido. Bajamos de nuevo al punto
donde abandonamos la circular y acceder a la cima para llegar rápidamente al
collado Pouet, con panel informativo. Aquí se tiene posibilidad de continuar
hacia la localidad de Polop y subir, si se quiere, el Ponoig. Esa era la opción
que nosotras preferíamos, pero la falta de horas solares pudieron más que
nuestros deseos. Completamos la circular, pues, bajando por la vertiente
contraria a la utilizada para la subida. Llegamos al refugio abierto y poco
cuidado José Manuel Vera, para terminar después de unas seis horas de caminata
en el mismo punto de partida.
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Acertamos a localizar el tajo de Roldán desde el último tramo de subida a cumbre. |
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Los tres componentes de la cordada en la cima del Puig Campana. |
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Pouet de Neu, nevero s. XVIII |
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Refugio con el nombre del espeleólogo fallecido a los 23 años en el Hundidero (Sierra de Gata). |
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Despidiéndome de mi amigo. |
Tocaba ahora
despedirme de mi amigo. Y lo hice con pena, deseándole larga vida y muchas
ascensiones tan placenteras como la que habíamos vivido el día que la
casualidad nos puso a los dos en el mismo camino.
PS Ya, ya, no hace falta que me lo digas. Podría haberme comprado otros bastones en destino y, como buena bilbaína, después de un solo día de uso dejarlos para que los aprovechase otro. Pero una es nacida en Bilbao, pero muy apañada en gastos.
2 comentarios:
Brillante, Mati.
Buenas fotos y preciosa historia, chispeante y socarrona, como siempre.
Te sienta bien el Mediterráneo...
Ya me has sacado los colores, Luis. Q soy igual d torpe encajando los piropos q sorteando las críticas.
Y q quede claro q lo del taxi no es un farol. Tengo constancia fotográfica.
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