Subiendo
hacia Elorreta, vistas hacia Udalaitz y al fondo,
Anboto con la nube cimera
El pasado domingo disfrutamos de una "ventosa" circular alrededor del Embalse de Urkulu. Circulamos hasta Aretxabaleta, y comenzamos a caminar las 9 de la mañana desde el propio embalse, en una mañana de temperatura suave y acompañados por un persistente viento que no nos dejó casi hasta alcanzar la mayor altura, llegando casi a tirarnos con la fuerza con la que nos sacudía. El recorrido es muy bonito, pasando primero por zonas de caseríos donde pastan tranquilamente caballos y ovejas, y por hermosos y jóvenes hayedos, para luego, por unas pistas anchas y en continua subida, alcanzar la explanada anterior a las cimas de Elorreta y Kurutzeberri.
Más lejos, cimas nevadas con Gorbeia tapado por las nubes
Precioso hayedo camino de Elorreta
Optamos, sacudidos por el viento, por subir sólo a la cima de Elorreta, con la cruz de Kurutzeberri a la vista, y sin apenas disfrutar de la cumbre, ya que no había forma de estar allí arriba. Yo no podía ni moverme; agazapada detrás de una roca conseguí sacarle una foto a mi compañero en la que, con el buzón y el vértice formaron el trío de cima.
Cima de Elorreta (1143 m), el viento nos sacude
Vistas descendiendo de Elorreta
La bajada, a resguardo del viento, fue un auténtico placer. Con vistas hacia los todavía nevados Gorbeia y Anboto, atravesamos un bosque de hayas, también cubierto de nieve, en el que disfrutamos del caminar sosegado y tranquilo, hasta pisar otra cimita que se interpuso en nuestro camino, Arangurentxiki.
Hayedo nevado
Carlos en la cima de Arangurentxiki (1095 m),
al fondo, los aerogeneradores de la Sierra de Elgea
En la distancia, los aerogeneradores de la Sierra de Elgea no paraban de dar vueltas. Retornando al bonito hayedo, lo cruzamos y salimos al vallecito de Degurixa, una preciosidad, salpicado de bordas, en una de las cuales paramos para hacer el descanso y hamaiketako. Nos quedaban aún 6 kilómetros hasta completar la vuelta, topándonos enseguida con un sendero que en continua bajada, y paralelos a la Erreka que lleva sus aguas al propio embalse, nos regaló el murmullo del agua y la paz, desprovista de viento, que nos acompañó hasta donde habíamos dejado el coche.
Hacia una de las bordas de Degurixa
El pequeño valle de Degurixa
Bonita vuelta por una zona que desconocíamos, nunca habíamos estado en el Embalse de Urkulu y alrededores. Nos llevó casi 6 horas completarla, para disfrutar.
Precioso sendero junto a la Erreka que muere en el Embalse de Urkulu
Bordas cercanas al Embalse de Urkulu
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