El viento sopla fuerte allá arriba, moviendo los árboles, haciendo que suelten su carga blanca
Luces y sombras un domingo de invierno. Viento norte, helador, arrastrando la nieve acumulada en laderas expuestas. Cimas barridas, bosques engalanados que se muestran orgullosos de su belleza a nuestro paso. Blanco y negro bajo un azul intenso, como el frío que me deja aterida.
Después de casi dos horas de viaje por sinuosas carreteras, pasamos el concurrido Puerto de Artesiaga bajo la mirada del Saioa. Casi dos kilómetros más abajo encontramos un sitio, minúsculo, donde logramos aparcar la furgoneta. Todos queremos disfrutar de la nieve y del sol. De allí parte una pista que nos sumerge en un precioso bosque...
Comenzamos a caminar, respirando ese aire puro de invierno y bosque
Sacamos el material. Frío, frío,...intenso. Nos calzamos los esquís, olvidados desde la temporada pasada, y comenzamos a caminar, respirando el aire puro de invierno y bosque. Vamos ascendiendo entrando en calor, con el único ruido de nuestros pasos en la dura nieve, y del viento soplando fuerte allá arriba, moviendo los árboles a los que hace soltar de vez en cuando su carga blanca. El sonido del bosque nos abraza. Mires donde mires, todo belleza...
Vamos ascendiendo entrando en calor, con el único sonido de nuestros pasos
Poco a poco nos aproximamos al collado despejado desde donde se atisba ya la cima, y con ello, multitud de sonidos, de gritos, de gente... Salgo del abrazo del bosque y de su calor. Estoy expuesta al viento que me azota. No llego a la cumbre; me quedo con la proximidad de lo mágico, de esos minutos ya pasados en buena compañía al abrigo de esos árboles entre luces y sombras.
Blanco y negro bajo un azul intenso
Carlos, Nere, preciosos minutos compartidos.
1 comentario:
Precioso Miren!
Que envidia sana me das!
Sigue así, para que las personas que no podemos ir, disfrutemos con lo que otras personas nos cuentan!
Gracias.TRINI
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