viernes, 4 de septiembre de 2020

Ferrata de Rodellar. Espolón de la Virgen - Esther Merino

 

Ferrata K2, bien equipada con sensación de altura en un paraje inmejorable y expuesto, en el singular paisaje somontano. Accesible desde el pueblo de Rodellar, en la Sierra de Guara, Huesca. 


Acercarnos al inicio de la ferrata nos lleva unos 40 minutos con buena indicación de carteles y nos adentramos en el singular barranco de Mascún.


Debemos bajar al lecho del río y atravesarlo a través de unas piedras procurando no mojarnos o sí, son tierras calurosas, hasta la surgencia del río  rodeados de buen ambiente de escaladores.


La cámara juega con el delfín caprichoso. Es inevitable no dejar de mirarlo.


Cogemos altura desde el principio y a través de buenos agarres, grapas y cadenas subimos al bello espolón. El Delfín de roca, ventana natural del Mascún que está detrás de nosotros nos observa.



El barranco tallado por la erosión del aire y las precipitaciones.



Es una ferrata corta pero el lugar es magnífico protegidos por barranco por todos los lados, queremos hacer durar este ratito tan especial.


El Espolón muy disfrutón se deja subir.



Cuando llegamos arriba nos encontramos restos del castillo disputado por cristianos y árabes y la ermita de la Virgen del s XII. Las vistas son espectaculares al Mascún superior, barranco de Andrebot y Ciudadela. Unas mesitas invitan a descansar y continuamos por una bajada pronunciada hasta Rodellar.


Ha sido una ferrata muy agradable, vertical y con vistas 360º.


Al fondo La Ciudadela y Cuca Bellostas.

Cuenta la leyenda sobre el Barranco de Mascún que en árabe significa “lugar donde habitan los espíritus”. “Cuando en el río Mascún había crecida, en los oscuros, el estruendo del choque del agua con las rocas era tal, que se llegaba a oír en Otín. Algunos habitantes lo asociaban a los gritos de los espíritus de los musulmanes muertos en esos acantilados.”


 


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