lunes, 8 de julio de 2013

Vía Estasen al Calderer (Pedraforca), AD 700m (IV) - Joana García Romero





No recuerdo exactamente la fecha pero un día, estando en la cima del Calderer, vi aparecer escaladores por la cara norte, traían con ellos ese tintineo de cachivaches que tanto me gusta y enseguida captaron mi atención. Miré a mi compañero y le dije que alguna vez teníamos que aparecer por allí también, que era una manera muy bonita de hacer cima en ese pico. Para entonces apenas escalábamos y eso no era más que una idea descabellada de las que solían hacerme aparecer una sonrisa tonta en mi cara.

El Calderer, con sus 2505 m, es uno de los picos secundarios del Pedraforca, que junto con el Pollegó Inferior, es de los menos concurridos. La vía lleva el nombre del primero de cordada que inició esa primera ascensión, por su cara norte, un 30 de junio de 1928 con una cuerda de cáñamo de 25 m atada a su cintura. Cuatro intentos le costaría encontrar una vía de acceso factible. Más de 80 años después de esa proeza para su época, allí andamos nosotros, enredando entre un laberinto de roca caliza aparentemente insalvable que se descubría ante nosotros. Es 11 de septiembre, pero no he reparado en ello hasta llegar a la cima y ver ondear la senyera. Le digo a mi compañero: ¿te das cuenta de lo que hemos hecho?

Reunión antes de paso en travesía

Vamos con un croquis en la mano y sabiendo que hay marcas de pintura que conducen hasta la cima y que te ayudan a descifrar la aproximación a la cumbre, de otra manera sería bastante difícil localizar la mejor ruta de acceso. Es un caos. No perdemos más tiempo, por lo que salimos pronto desde el mismo Refugio Lluis Estasen. Un sendero nos introduce en el bosque y unos metros más arriba un hito a la izquierda nos indica que hay que seguir subiendo fuertemente hasta que encontremos marcado en la roca, con pintura, una marca que nos señala que hay que seguir hacia la derecha, hasta ponernos debajo de una gran pirámide de roca. El inicio es más que evidente y por si fuera poco, el nombre de la vía lo han escrito bien grande, en mayúscula y de color verde. Imposible no verlo.


Hay clavos diseminados por toda la vía y los tramos más complicados están muy bien protegidos. Usaremos una cuerda de 60 metros de 10.2, un par de friends mediano/pequeño y lazos. Antes de llegar al Dit de Riambau, una solitaria y esbelta aguja que se divisa desde donde estamos, hay que salvar una laja fácil pero muy desgastada (III). Los gatos patinan. Seguimos subiendo por terreno muy fácil hasta llegar a lo que dicen es el verdadero inicio de la vía, una horcada donde está lo que se conoce como Dit de Riambau.

Inicio paso en travesía (IV) 

Paso en travesía (IV)

Seguimos escalando y disfrutando hasta que llegamos a la zona más difícil de la escalada, que más que difícil es impresionante (IV). Es un flanqueo (bastante bien equipado) que nos llevará a lo que denominan "el jardí". El principio es fácil y con bastantes buenos agarres para pies y manos, desde donde estamos no se ve hacia donde tenemos que ir. Doy gracias de no haberlo visto..... La travesía será de unos 20 metros, desde la reunión en la que me encuentro. No hay donde poner los pies, solamente en adherencia. El patio es vertiginoso. Me acuerdo de Estasen y en como debió de verse para cruzar por allí sin la certeza de saber si más adelante podrían encontrar una vía de acceso que les permitiera salir de esa ratonera.

Primer largo (IV)

Tercer largo (IV)

Superado lo más difícil y aéreo de la ruta se terminan las dificultades reseñables, salvo más arriba unos metros de IV bastante lisos y suficientemente bien equipado. La emoción, al llegar a la cima fue muy intensa, estábamos solos. !!!Nos habíamos atrevido!!!! Vinieron a mi mente aquellas palabras tiempo atrás y como no podía ser de otra manera una gran sonrisa se dibujó una vez más en mi rostro.

Arista (II)

Cima del Calderer


2 comentarios:

Miren Muñoz dijo...

¡Hola Joana!, qué envidia me das haciendo este tipo de actividad. Nosotros estamos "empezando" con algo de escalada ahora. Me hubiera gustado hacer algo antes pero nos hemos ido por otros derroteros y la teníamos un poco apartada. Me encanta lo poco que he hecho de momento...

JOANA GARCÍA dijo...

Yo empecé a escalar casi con 40 años.... jamás lo hubiera dicho, y ya ves. Es una actividad preciosa y engancha mucho.

Tengo cosas pendientes por hacer y otras que me gustaría repetir. Si un día os apetece podemos quedar para ir a practicar a Puntas o a Pikoketa o a hacer alguna cosa chuli ;-)))
Un abrazo.