miércoles, 24 de agosto de 2011

Ferrata de Chisá (Córcega) - Miren Muñoz Trigo



Lide en uno de los puentes,
bastante asequible dado el nivel de algunos otros


VIAS FERRATAS, PIEDRA VERTICAL, TIROLINAS Y PUENTES COLGANTES

Este mes de agosto hemos estado en familia en la isla de Córcega, una preciosidad para los amantes de la naturaleza. Situada en el Mediterráneo pegando a Cerdeña, ofrece una alta variedad de actividades, desde rutas exigentes de montaña (la GR20 la atraviesa de norte a sur), hasta senderismo, tanto por montaña como por la costa, pasando por descenso de cañones para todos los gustos (simple bajada de río o ya con material para rapelar), o divertidas vías ferratas para disfrutar. Sus playas, algunas de arena blanca, invitan al baño en sus aguas cristalinas, y en los múltiples ríos se puede disfrutar del baño en sus pozas transparentes.

La Ferrata de Chisa está situada en el centro-este de la isla. Entre los pueblos de Ghisonaccia y Solenzara en la costa este, está el pequeño pueblo de Travo, en donde hay que tomar una carretera estrecha que se adentra en el interior y que circula paralela al rio Travo, carretera que “muere” en el diminuto pueblo de Chisa, donde está la vía ferrata. Se tarda en recorrerla 4 horas, en las que estás metido en un berenjenal de escaleras, puentes y tirolinas.


Avanzando por la pared en el primer tramo

Contemplando la progresión del grupo desde la pared

Puente de mono o Pont de singe,
mirando hacia el "patio", ¡bravo Iñigo!
 
Red para salvar pequeño techo

Colgado en la red

La sensación de tocar la roca vertical desde esas escaleras interminables hasta el infinito pocas veces la he experimentado. Sí que he hecho rápel en algún descenso de cañón que otro, pero al aire libre y viendo de cerca esas piedras y sintiendo cómo subes y bajas en vertical, creo que como esta vez, nunca. Pienso que la escalada me hubiera gustado mucho, pero a estas alturas para poder hacer algo tendría que volver a nacer… , o reencarnarme….En definitiva, me gusta estar colgada de la pared, muy colgada…


Puente "facilito"


Janire en la tirolina final de 230 m

Y esos puentes de cuerda, porque solo era cuerda…, algunos con sólo un asidero para brazos y otro para pies, “puentes de mono” (“pont de singe”) les llaman, menos mal que eran cortos, porque encima ponen el recorrido mirando hacia el “patio”, no hacia el otro lado…¡impresionantes!. Los otros puentes eran más asequibles ya que te podías agarrar con los brazos en cruz a 2 cuerdas, que es más estable, y esas tirolinas…, en fin, el ruido que produce el deslizar por el cable y la velocidad que se llega a coger…¡una pasada!. Toda una experiencia , para repetir.

…Si volviera a nacer me pegaría a cualquier pared de cualquier montaña, cualquiera que me dejara…


Panel con el recorrido y sus características

Descripción de la ferrata y sus partes

Fotos: Carlos Hernando y Periko Juanikorena



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