Lapurzulo |
De los ojos de este gigante enterrado en el Gorbea profundo salen lágrimas que contribuyen a aumentar el caudal del arroyo Padrobaso. La senda Basati nos acercará hasta el lugar por la vertiente alavesa y la presencia de la Peña Urratxa hará de cancerbera para abrirnos paso por la parte vizcaína.
Los ojos del diablo |
Los Ojos del
Diablo o Arcos de Llanegro están en el macizo de Candina. Es un sitio muy
visitado ya que, a pesar de tratarse de terreno kárstico, cuenta con un sendero
balizado, fácil de seguir. Las dificultades pueden llegar cuando nos salimos
del camino. El punto de partida es el Alto de Candina, al que se accede
dejando la autovía A8 por la salida a Oriñón.
Solpico |
También en el macizo de Candina se encuentra la cumbre de Solpico (486 m), segunda altura del conjunto. Estas oquedades están justo debajo de la cumbre, en la ladera E, que es la que da a la hoya de Negro. Alcanzarlas requiere algo más de esfuerzo que visitar los Ojos del Diablo.
La Ojerada |
Todavía más cerca de la costa, tanto que incluso le salpican las olas cuando la mar está enfadada, está la Ojerada. Ojos vigilantes que observan a los pescadores y a los paseantes que recorren la costa desde Ajo hasta… donde sus fuerzas les flaqueen. Hay un aparcamiento muy cercano y el recorrido de un trail pasa muy próximo a ellos.
Mina Primitiva |
La Mina Primitiva está muy cerca de algo tan poco poético como es Zabalgarbi. Aunque en el proyecto y posterior ejecución de la depuradora se contempló y ejecutó un plan de recuperación y adecentamiento del entorno, hay días en que el olor delata la presencia de las instalaciones y los trinos de los pájaros cantores deben rivalizar con el ruido generado por la planta.
Azkillar |
Las oquedades de Azkillar no contribuyen sino a incrementar el misterio que rodea a la cara E de Anboto. Según vas acercándote a su base, teniendo por testigo la amenazante pared, es fácil que te sientas sobrepasado por el paisaje que te rodea. Se accede a ellas por Arrázola, sirviéndonos del pedregoso sendero que lleva a Zabalandi por la base de la mítica cumbre de Durangaldea.
Ahora que andas sin prisas, busca al zorrillo de Mugarra |
¿Qué montañero que se tenga por tal no ha subido alguna vez al Mugarra (969 m)? O qué senderista no ha alcanzado el collado de Mugarrikolanda subiendo desde Mañaria? La última vez que estuve por el lugar, me crucé con un currante que subía a toda pastilla, con la ropa de trabajo puesta. Pantalón largo, con dos franjas reflectantes. Luego me volvió a pasar ya de vuelta, más rápido aún cuesta abajo, porque tenía que volver al curro. Seguramente él no vio esos ojos que le observaban desde la cara S de la montaña. Ni tampoco al zorrillo que, sorprendido, se escondió a su paso.
Vivac en la Canal de la Celada |
Y aunque las fotos que tengo son tan malas que he tenido que recurrir al blanco y negro, no puedo dejar de citar el vivac que bien podría llamarse “el antifaz del fantasma” situado muy cerca del Refugio del Urriellu, en Picos de Europa.
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