martes, 8 de diciembre de 2020

Murugain, el Monte del Dragón (776 m), Aramaio (Araba) - Esther Merino

Si buscara un sitio bonito y cercano para hacer monte estaría a 30 km de Vitoria - Gasteiz, ahí encuentro todo lo que me gusta: el Valle de Aramaiona. Unos montes que no admiten excusas y fáciles de recorrer. Aquí el tiempo no es importante, ni la altura, ni la dificultad…la cima está asegurada y los metros son pocos pero de sorprendente belleza.


El Anboto asoma sobre Aramaio.

Es un valle que permite todas las estaciones, es accesible para cualquier montañero, especialmente los más sosegados y contemplativos. Sus montes no impiden la subida con un desnivel asequible. Distancias cortas y caminos nobles. Aramaiona no le falta ningún color, lo tiene todo en miniatura, como en los cuentos. Es fácil llegar a las cumbres, unas botas, un palo y el silencio del valle…sin industria ni autopistas. El tiempo se ha detenido. Aquí no hay “grandes éxitos en montaña”, escuchar y mirar…entender la naturaleza más primitiva, su lenguaje, que es el mismo en lo grande que en lo diminuto. El horizonte se alcanza enseguida…el desafío está en saber admirar lo pequeño. Los montañeros buscamos en esencia lo mismo…

Desde el puerto de Kruzeta se tiene una vista magnífica del valle en calma de Aramaio junto a la Ermita de San Cristóbal.


A pocos km las cimas de Santikurutz (1111 m) y Orixol (1132 m), con vistas al Anboto. Sin prisas…es un valle de aire limpio que se abarca con la mirada…belleza artesanal que recuerda épocas pasadas: me sabe a carros medievales y caminos embarrados. 

Comprendo mejor lo simple y lo pequeño que lo espectacular y gigante…” Viaje a pie de Julio Villar.

La anteiglesia de Uribarri, rural y sencilla.

Anteiglesia de Unzilla, al fondo la Sierra de Aloña.

Una borda, un bosque, montes humanizados, ganado, senderos ocultos recorridos por lugareñosy ya lo tenemos todo. Aramaio nos permite admirar la belleza de realidades minúscula. Un buen lugar para escuchar tu propio ritmo

“Riqueza es el aire limpio, la lluvia, los bosques…Ser rico es: poder ir, venir o quedarse, sin prisas…” dice Julio Villar.

Nos acercamos a Unzilla (469 m) al atardecer y aparcamos el coche. Nos dirigimos al Murugain (776 m). Según la leyenda “el Murugain es la morada de Errensugea, el dragón de la mitología vasca, en el castillo que existía en su cima vivía un dragón que tenía atemorizado a los habitantes del entorno, que debían entregarle periódicamente jóvenes mujeres a cambio de no sufrir su ira. Por fin, decidieron matarlo clavándole una barra de hierro incandescente. Desde entonces, Arrasate, el pueblo que crece a sus pies por la vertiente guipuzcoana, pasó a denominarse en castellano Mondragón o "Monte del Dragón".

En 2 km y 300 de desnivel llegamos a la cumbre, bien señalizada y camino cómodo. Arriba nos espera el Anboto y el Udalatx, dos de los montes más bonitos de nuestra geografía. Esta vez el capricho era verles nevados con un pequeño giro de cabeza derecha e izquierda y ahí están.

Udalatx (1120 m) a la derecha sobre Arrasate - Mondragon.

Anboto (1331 m) a la izquierda.

A penas nos queda luz pero podemos intuir las trincheras de la guerra civil en las faldas del Murugain donde se defendió el territorio vasco.

Una cima con historia y vistas magníficas en un atardecer nevado de invierno. 


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