jueves, 10 de julio de 2014

Gavarnie y Vignemale, tras las huellas del pirineismo - Esther Merino


CUADERNO DE VIAJE I: Tras las huellas del PIRINEISMO.“Donde empieza la leyenda…” Gavarnie y Vignemale.

El Pirineismo nació a mitad del siglo XIX bajo la influencia del romanticismo y se propagó por el Pirineo a partir de los centros termalistas y vacacionales de Bagnères de Bigorre, Bagnères de Luchon, Cauterets que propiciaron el "descubrimiento" de los Pirineos centrales. Es una manifestación algo más que deportiva y bastante espiritual de nuestras montañas. “La montaña es más que un paisaje, también es un sentimiento”.

Cascada de Gavarnie

En juniode 2014 me acerqué al monumento natural de Midi-Pyrénés del Circo de Gavarnie, que forma parte del macizo de Monte Perdido, declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La cascada de Gavarnie es una de las más altas de Europa, con más de 400 m de caída vertical. Cuando has oido hablar tantas veces de un lugar sientes que quizá te decepcione pero concretamente este circo de dimensiones teatrales es admirable en todos los sentidos…Quería sentir la misma admiración que Víctor Hugo cuando llegó por primera vez a esta aldea aislada y lejana, que invita a imaginarla en el siglo XIX : « Es una montaña al igual que una muralla, es el edificio más misterioso del más misterioso arquitecto, es el coloso de la naturaleza».

Cauterets

Esos días me alojé en Cauterets, un pueblecito encantador famoso por sus aguas termales y donde sus calles bajo imponentes fachadas de edificios han conocido a grandes escritores de la literatura universal: George Sand, François-René de Chateaubriand, Victor Hugo, Gustave Flaubert , Emile Zola, donde se siente la época del s. XIX.

Vignemale

Henry Russell eligió el Vignemale (3298 m) como “su montaña”, y con razón, es un precioso lugar para admirar desde el Refugio des Oulettes de Gaube (2146 m).
“Si yo fuera pintor, vendría aquí con mis lienzos y mi paleta…” diría Julio Villar.

Naturaleza en armonía y riqueza rodeada de rododendros en flor para llegar a este maravilloso espectáculo de montaña.

Lac Gaube, al fondo Vignemale

Esa es la sensación: que alguien se ha molestado en colocar cada cosa en su sitio, porque todo es bello y perfecto. Cascadas enormes y ruidosas en Pont d´Espagne y valle de Jeret, valles imposibles de dibujar más bonitos: Marcadau, Lutour con el Lac D´Estom y su refugio, el Lac Gaube, con su historia romántica de enamorados ahogados en sus aguas cristalinas donde se refleja el Vignemale en días claros. Refugios que invitan al descanso y la lectura, una pequeña ermita junto al Refugio Wallon con su estética pirenaica tan desproporcionada junto a la Gran Facha.

Todo llega en su momento y estos valles pirenaicos en la vertiente francesa son un regalo para los sentidos. Personalmente, los considero los más bonitos que he visto en Pirineos. Entiendo cómo escritores y nobles pasearon por estas montañas y, entre aguas termales y balnearios, iniciaron el turismo pirenaico.

Ermita junto a la Gran Facha (Valle Marcadau) 

Valle Lutour

Me uno al pensamiento de Henry Brulle: “El montañero es el poeta-atleta. Sabe disfrutar de las escenas pintorescas y pastoriles del valle, goza largo rato de las alturas o acampa debajo de una roca a la luz de la luna. Lo que le abre el corazón es menos el deporte que la montaña…”

Cabaña en el valle Lutour

Vignemale desde el refugio des Oullettes


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