martes, 14 de diciembre de 2010

El hayedo encantado de Urbasa - Miren Muñoz

Dedos

Miércoles 8 de diciembre, después de varios días de fiesta, una vez de vuelta de nuestra primera “esquiada” de la temporada, decidimos dar un paseo por Urbasa. Hacía tiempo que teníamos ganas de conocer ese espacio en medio del grandioso bosque de hayas, “El hayedo encantado”; Es increíble cómo la naturaleza ha llegado a modelar semejante sucesión de formas, espectaculares, con ese color del musgo verde brillante y esa vegetación cubriendo la mezcla de roca y árbol, en un conjunto digno de cualquier exposición artística.


Calcetines verdes

Nuestra pequeña andadura comienza en el centro de interpretación, donde se deja el coche en un pequeño parking. Ahí mismo las señales (verdes, blancas y amarillas) nos van llevando por el bosque, primero a través de una pequeña senda marcada con varios paneles, que luego se transforma en camino de montaña. Todo el recorrido desde el principio impresiona. Ese verde de la senda, ese agua que refleja los árboles y el cielo, el viento que sopla fuerte junto con el sonido de nuestros pasos sobre el montón de hojas caídas, hayas y más hayas…


Perro, Águila, Agujero..

Cuello

La zona llamada “hayedo encantado” se encuentra a unos 45 minutos del punto de partida, en un sitio en el que para pasar hay que atravesar una cerca situada a la izquierda. Si hasta ese momento el bosque ya nos ha maravillado, a partir de ahora nos deja asombrados. Pasamos 1 hora caminando por sus recovecos, subiendo y bajando por sus rocas y ramas , es un espacio reducido donde se mezclan una buena cantidad de sensaciones y formas. Una vez visto este entorno, de nuevo se sale al camino bien marcado, y se asciende hasta el cordal cimero sobre la Barranca , donde ya las marcas amarillas y blancas de una PR nos llevan , a la izquierda, hasta las cimas de Tontorraundi y Labargain, coronada esta última por una gran cruz metálica. Para bajar, de nuevo seguir las marcas de la PR y en el portillo de descenso a Altsasu tomar a la izquierda el camino por el bosque de nuevo hasta el punto de partida. En total unas 3 horas de recorrido que completan una agradable mañanera.

Colores

Piedra y musgo



Miren Muñoz


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