jueves, 23 de diciembre de 2021

Montañeras en la Gala del 50 aniversario Club Gasteiz 1971-2021. Vitoria - Esther Merino

El viernes 17 de diciembre 2021 celebramos el 50 aniversario del Club de montaña Gasteiz. Un grupito de montañeras de diferentes generaciones participamos en la Gala repasando la evolución desde el siglo XIX de las mujeres en la montaña hasta nuestros días y la realidad actual.


Verónica, Esther, Maite y Delia en la Gala de 50 aniversario Club Gasteiz.

Habíamos quedados varios días antes para reflexionar y hablar de cómo ha evolucionado la mujer en estos 50 años. Maite Yus tiene 77 años y ha vivido las diferentes etapas desde el inicio, Verónica García con 31 es una joven con proyectos que disfruta de la montaña y Esther Merino con 50 años es una apasionada que lo vive con mucha intensidad. Nos convocó Delia García Besa vocal de la Junta del Club y organizadora de la Gala. Es la primera vez que se daba esta situación, juntarnos mujeres del club y poner en papel nuestras opiniones y con proyección de futuro, todas nos enriquecimos y aprendimos. Somos el club más grande de Araba con 1.200 fichas federativas femeninas y 2.100 varones.

Cómo ha evolucionado la mujer en la montaña.

Estuvimos viendo fotos de hace 60 años que nos trajo Maite, cómo vestían las mujeres, qué costumbres tenían y los obstáculos para ir al monte. Nos ilustraba con todos los detalles, por ejemplo, no tener pantalones y estar mal vistas por llevarlos. Era importante saber de nuestras antecesoras Aunque el club se inició con mujeres la participación en los puestos de Junta, Presidente, guías y formación ha recaido sobre los hombres.

Nos presentamos en el Palacio Europa para la Gala.


Esther Merino inició la charla poniendo el contexto de cómo están actualmente las mujeres en la montaña:

“La mujer siente la llamada a la montaña de diferentes formas. Unas aprendieron de niñas con sus padres. Otras, desde jovencitas en grupos de scaut y clubs de montaña. Algunas se han iniciado con sus maridos, otras, después de la crianza de los hijos con unas amigas o tras un divorcio les nace el deseo de subir montañas, como liberación, una actividad creativa  e incluso de superación personal. Hay mujeres Heidi, que han nacido entre montañas. Cada una ha llegado de una forma especial, distinta. Tenemos sitio para todas y cada una de ellas en la montaña... “

Las mujeres hemos subido a las mismas montañas que los hombres pero no aparecemos en los libros de alpinismo. “La mano que sostiene la pluma escribe la historia” ¿quién sostiene la pluma? Se nos coloca como acompañantes pero no como protagonistas. Hay escaladoras que deciden escalar sólo con mujeres para que las felicitaciones no se las lleve el varón del grupo sino que es el equipo: “las mujeres” quienes han conquistado un objetivo. Es el deporte que más licencias de mujer recoge pero sus méritos, logros y avances son menos reconocidos.

Situación actualExiste una desigualdad en los ámbitos deportivos en base a las estadísticas, la mujer aparece menos en: deporte de alto rendimiento, becas en el deporte, patrocinadores, guías de montaña, personal técnico, gestión, proyectos deportivos, premios, juntas directivas, dirección técnica. Las ocupaciones laborales vinculadas al mundo deportivo son menores en mujeres que hombres. Las noticias en informativos y redes sociales de montañeras ocupan menos espacio que los hombres o no aparecen, existen pero se ocultan.

Las mujeres parecen que tienen menos tiempo porque lo reparten entre el ocio y los cuidados, tareas domésticas y crianza de los hijos. La frecuencia y duración del tiempo invertido en el deporte es menor. En general, hay menos participación y asistencia de la mujer en charlas, audivisuales, conferencias deportivas. ¿Por falta de tiempo, interés o no se sienten identificadas con ese modelo de montaña?¿o no tienen referentes o por alguna razón no les atrae?.


Fotos de Maite Yus cuando subían al monte a finales de los años 50.

Continuamos la charla entre Maite, Verónica y Esther. Maite Yus nos contaba que con 18 años las chicas en los años 50-60 no tenían muchas opciones que les permitieran los padres y una de ellas era ir al monte en grupo. Al principio con faldas y luego se hacían ellas mismas los pantalones. La ropa de montaña sólo era de hombre. No tenían referentes de otras montañeras ni aspiraciones alpinistas. Como no tenían coche iban en tren o en bus.


“Era un ambiente muy bonito entre chicos y chicas...” nos dice Maite. Y tenían que ir a misa los domingos muy temprano antes de salir al monte.

Verónica García con 31 años empezó de niña con su padre y ahora va con sus amigos. Recorre los montes de Euskal Herria y con planes de Pirineos y ascensiones importantes. La montaña le aporta paz, tranquilidad, desconexión sin necesidad de competir sino de disfrutar.

Esther Merino empezó por un flechazo por las montañas y quería subir a todos los montes de Euskal Herria, Picos de Europa, Pirineos, Alpes, Dolomitas…viviéndolo con intensidad y escribiendo artículos de montaña y un libro, formación y participación en medios de comunicación. Actualmente en la Federación Alavesa de montaña como vocal de senderos y de Mujer y montaña.

Finalmente, hacemos un repaso de todo lo que nos aporta la montaña: capacidad de esfuerzo, colaborar en grupo, alcanzar objetivos, orientación, renunciar a la meta por prudencia, gestionar la energía y tener opciones de rutas. Compaginar la maternidad con la montaña supone un fuerte desnivel.

La conquista de las montañas es única y personal, cada montañera tiene sus preferencias y son todas válidas. La historia del montañismo femenino aún está por escribir…


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