martes, 15 de septiembre de 2020

La senda mitológica del Monte Hozarcu - Hamlet


Carretera de La Hermida flanqueada por Cueto Valle y Pico Agero




Hay una ruta en el Monte Hozarcu (Monte de Santa Catalina) que hará las delicias de la gente menuda. O eso creo. Y es que los tiempos en que yo recorría las montañas en compañía de dos críos han quedado tan atrás que, me temo, los gustos de la chavalería, o al menos de su inmensa mayoría, hayan cambiado mucho.


Mirador de Santa Catalina

El Monte Hozarcu se hizo famoso cuando se construyó en su punto más alto un pequeño mirador colgado al vacío: el mirador de Santa Catalina. Es mucha la gente que se acerca hasta el mismo valiéndose de la carretera, llegando hasta las antenas (algo tenía que tener que le afease un poco) en vehículo propio. Furgonetas, motos, turismos… todos los poco amigos de caminar, pero a los que les gusta presumir de conocer sitios, intentan llegar y encontrar un hueco libre en el pequeño aparcamiento. Otros dejan sus vehículos junto a la ermita de Santa Catalina y así disfrutan de la senda que llega hasta las antenas y del sendero equipado con escaleras que llega al mirador y a la cumbre de La Bolera de Los Moros. Otros, los más suertudos, subirán directamente desde La Hermida por la Ruta de las Agüeras, disfrutón sendero circular con oportunidad de chapoteo incluido. Incluso, los más aventureros, pueden arriesgarse a subir todo tieso hasta un Arcu que es quien da nombre al monte: Jozarcu/Hozarcu.

El Roblón, Musgoso y Cúlebre

La Osa de Ándara


Pero vamos a lo que íbamos. La senda está impecable, aunque alguna que otra mascarilla se verá, seguro; y papeles de papel (—la gente no tiraba sus pañuelos al suelo cuando eran de tela—, que decía mi ama).
Nada más comenzar la ruta, hay mesas y bancos de madera, como los del oso Yogui. En mi opinión los platos fuertes se sirven al principio y al final de la senda: el Roblón y la Osa de Ándara. El roblón es impactante y la señora osa guarda celosamente unos grabados en la roca.
Entre ambos, otros personajes primorosamente recreados y todos con su explicación pertinente jugarán con nosotros al escondite. Atención a los que están encaramados en los árboles, como Pecu Ave o el Tentirujo.
Todos estos personajes fueron creados en resina por el artista cántabro Fran Querol y la senda mitológica se inauguró el 2 de agosto de 2019. Anteriormente ya existía este camino que invitaba a los senderistas a cambiar el asfalto por el precioso  bosque de encinas, robles, avellanos, tilos, castaños y acebos,  ¡pero no era tan divertida!

Uno de los magníficos ejemplares de castaño que podrán ver los que utilicen la Ruta de las Agüeras

El trazado de la ruta utiliza un antiguo camino medieval 

Además, los amantes de la historia tendrán ocasión de ver los restos de un castillete que hubo en su cima allá por el siglo VIII: la Bolera de los Moros.


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