Asoma el Vesubio (1281 m) |
Después de aquel
primer viaje a Nápoles para subir el Vesubio y el chasco de no poder pisar su
punto más alto por “diferencia de opiniones”, llevaba muy claro que esta vez no
nos iba a pasar lo mismo. Llegar al borde del cráter y tener que contratar a un
guía para alcanzar su punto más alto lo considero una tomadura de pelo. Un querer sacar
dinero. Me inclino más por el método empleado para ganar la cima del Teide:
pedir permiso con anterioridad y listo. Así que sobre la marcha, después de
consultar la página del Parco Nazionale y ver su listado de senderos, optamos
por hacer una excursión a Punta Nasone, separada tan solo del celebérrimo cono
por el Valle del Gigante. Todo fuese por no despedirnos de Nápoles sin estar
cerca del Vesubio. Resumiendo, poder ver
al “señor” recurriendo para ello a los “lacayos”.
Por la carretera sube... dirección al Monte Somma. |
Nos acercamos a la estación central de Nápoles para viajar en la Circumvesubiana. Durante el desayuno decidimos coger el tren anterior al que habíamos previsto. El pronóstico ha cambiado desde ayer y parece que vamos a poder disfrutar de la típica ventana de buen tiempo hasta las dos de la tarde cuando, supuestamente, empezarán las tormentas. Recorremos la corta distancia que separa nuestro hotel de la estación bajo una fina lluvia. Ya en el tren, los relámpagos, rayos y truenos nos amenizan todo el trayecto hasta que, al llegar a una estación con el andén al aire, el granizo hace su aparición entrando hasta dentro del mismo vagón, dejándolo todo mojado. Los andenes se vuelven blancos y yo me hago la pregunta de siempre: pero, ¿a dónde demonios iremos con este tiempo?
Cuando llegamos a nuestro destino ya solo chispea. Hace frío y el granizo persiste en los márgenes de la carretera por donde vamos subiendo de forma tendida, pero sin descanso
hasta el Santuario de Santa María a Castello acompañadas de las estaciones de
un Vía Crucis. Una hora nos ocupa llegar hasta él desde la estación de tren
de Somma Vesuviana.
Panel con mapa, pequeña capilla y comienzo de la subida. |
No llevamos track
y los paneles del Parque Nacional del Vesubio que esperábamos encontrar lucen
por su ausencia. Releemos las explicaciones que pone en su página web, pero
nada de lo que estamos viendo coincide con lo que en ella dice. Así que aquí estamos,
en medio de la nada, cuando llega un coche al que hacemos señales para que pare.
Su ocupante parece no saber de qué le estamos hablando; menciona Ottaviano,
otra población desde la que también se puede acceder, pero que no nos interesa.
Damos la vuelta al pequeño promontorio donde está el Santuario, ya bastante
mosqueadas porque los dos cruces circulables que hemos visto van en sentido
descendente, cuando se acerca un segundo coche. Llueve, pero así y todo nuestro
buen samaritano baja de su coche, dejándolo encendido y con la puerta abierta,
para subir con nosotras hasta una entrada miserable que nace a nuestra
izquierda. ¿Por aquí?, le preguntamos sorprendidas. Pues, sí. El inicio no
puede ser más desalentador. Está lleno de basura y se asemeja más al acceso
para llegar a un vertedero que al comienzo de una caminata por el monte. A mí
me parece una subida fea y, entre la mala meteo y la falta de coincidencia con
lo que habíamos leído, le digo a Lara que cuando quiera nos damos media vuelta.
Si estamos aquí es por las vistas que supuestamente hay desde Punta Nasone
sobre el cono del Vesubio, pero envueltas como vamos en la niebla…
El caso es que seguimos tirando para arriba,
cabezotas, hasta que llegamos a un cruce donde una tablilla de madera nos
señala la dirección del itinerario 3, el que nosotras queremos. Llegamos a una
pequeña explanada donde hay un par de tinglados con mesas corridas y un panel
con un mapa, tan increíblemente bien centrado que nuestro itinerario aparece
con principio y final, pero ¡sin la parte central del mismo! De las tres
opciones que se nos presentan desde aquí tiramos por la que asciende por la
derecha tras subir unos escalones de madera.
Ahora ya cambia la cosa. Hemos
dejado atrás una pista ancha para entrar en un estrecho caminito. Es un sendero
que en su día debió de tener barandillas y que se ha venido muy a menos. Avanza
haciendo pequeñísimas lazadas, de tal manera que el paso de la gente —que cada
vez quiere llegar antes a todos los sitios y por el camino más corto— y, más
que probablemente, el agua de lluvias torrenciales han desdibujado. En su
detrimento, se ha abierto un surco impresionante que sube a derecho por este
terreno de arena volcánica.
Capilla y cruz metálica. |
Llegamos a la capilla de la Mamma Schiavona, con libro de firmas y mucha
parafernalia. Una gran cruz metálica luce tras ella. Esto está lleno de
chiringuitos, lo que me recuerda mucho a la zona de San Juan del Monte, cerca
de Miranda. Algo más arriba está la cumbre, sucísima de basura y de trastos.
Dos cruces, una hornacina, un crucifijo, una estatua de la Virgen algo
escondida… y mucha mierda. Así de claro.
La niebla sube y baja veloz, mientras
el Vesubio juega al escondite con ella de cómplice y nosotras de víctimas.
Curiosamente no hace frío así que estamos allí un buen rato hasta que empezamos
a sentirlo. Para la vuelta, aunque la idea inicial era hacer un circuito
pasando por las cimas del Cognoli de Santa Anastasia (1086 m) y de Trocchia (961
m), decidimos que lo más prudente es retroceder sobre nuestros pasos. Nuestro
objetivo esta vez no es montañero y el que traíamos ya lo hemos alcanzado.
Cualquier contratiempo se puede superar con un poco de buen humor. |
Punta Nasone, mirador al Vesubio. |
Descendiendo unos metros por la cara sur. |
En el camino de
bajada desde el Santuario a la estación de tren de Somma vamos haciendo
hipótesis de cuál puede ser la razón de que todo lo que vemos a ambos lados de
la carretera esté tan cerrado. Tal vez sea porque es lunes y solo abren los
festivos y los fines de semana. Aunque lo más curioso del caso es que las bodas
las celebran incluso en martes, como nos coincidió estando en Capri.
Comentar que es
factible, y si yo algún día volviese lo haría con toda probabilidad, recorrer
todas las cimas que componen el Monte Somma de una tirada. Tal vez se pueda
utilizar el autobús que sale de la estación de tren de Herculano con destino a
la entrada al Parque Nacional; hablar con el conductor para que te pare en el
cruce donde empieza el itinerario 3. Ya se sabe que, dependiendo de con quien
pilles, conseguir estos pequeños favores
es más o menos fácil.
Cognoli d'Ottaviano (1112 m). |
Cognoli di St'Anastasia (1086 m). |
PS. Una vez de
vuelta en Bilbao, trasteando en internet, esto es lo que he encontrado que
“justifique” la cantidad de basura que nos encontramos en el monte. Si los
lugareños quieren llamar a esto la Fiesta de la Montaña están en su derecho.
Pero no es eso lo que yo considero una fiesta referido a la naturaleza y al
medio ambiente.
Sabato dei fuochi.
El Vesubio parece tener dos vértices geodésicos. Este en lo más alto. |
Y este algo más abajo con un aparato vulcanólogo. |
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