martes, 13 de noviembre de 2018

La disculpa perfecta. Un lugar con encanto en el valle de Arratia - Hamlet.

Robles americanos vestidos de otoño camino de Sanmigeltxiki.

¿Que hace un día de perros y no quieres quedarte en casa? ¿Que quieres enseñarles a los críos que aunque llueva también se puede disfrutar de un paseo por el monte? ¿Y si empiezas por algo fácil encima de la burra y no haciendo BTT extrem desde el primer día?

Los guardaespaldas de Upo: Gorbeia y el paredón de Itxina desde Lekanda hasta los Atxak. 

El Upo dominando la plantación de pinos. 

Te propongo un delicioso paseo desde Arantzazu hasta la ermita de Sanmigeltxiki, primero por asfalto, luego por pista de suelo firme y más tarde por barro, para concluir subiendo una rampa de hierba que tiene por meta esta humilde y desconocida cima.

Ideal para hacer debajo del paraguas y con las katiuskas puestas, de forma relajada. O calzado con unas zapatillas de monte, trotando en plan Oihana Kortazar y Asier Irazabal; o, incluso, intentar emular al inalcanzable Javi Dominguez. Como más disfrutes.

Solo tienes que coger el coche o el autobús de línea y acercarte hasta ese pequeño núcleo del valle de Arratia. Allí coges la carretera que sube al cementerio. Que no te dé mal rollo porque lo vas a dejar de lado, a tu izquierda, para pasar por debajo de la variante y seguir avanzando por asfalto. Sigues dirección Arandui, subiendo en todo momento y, al llegar al cordal, giras a la derecha. Vas a pasar junto a un viejo caserío abandonado y luego al lado de otro en uso. Sigue que te sigue las marcas de pintura blancas y verdes que te van guiando. 

Poste direccional indicando el camino a seguir. 

Ermita de Sanmigeltxiki y área recreativa. 

Entrada de la ermita. 

Los abedules con sus inconfundibles troncos blancos. 

Solo habrá un momento en que puedes no hacerles ni caso y es cuando te invitan a seguir por la derecha, en descenso. Mejor si coges el camino de la izquierda, marcado con un aspa coloreado en los mismos tonos. Es más directo e incluso más bonito. En menos que canta un gallo habrás llegado al desvío final y, subiendo suavemente por la ladera, a la ermita de Sanmigeltxiki. Es un sitio con encanto. Y si no crees que pueda ser tan fácil llegar a un lugar tan mágico, ponte lo que prefieras, las zapatillas o las katiuskas, coge la burra o vete caminando plácidamente y cuando vuelvas a casita, me lo dices. Porque, ¿qué sería de un blog sin lectores ni comentarios?

Robles en la parte final del recorrido. 




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