martes, 9 de septiembre de 2014

Mendaur, Mendieder y Ekaitza. Por las huellas de la 800 Dukado Mendi Maratoia - Luisa Alonso Cires


En las cercanías del Ekaitza. 
Al fondo, Mendieder y Mendaur

Inicio: Aurtitz (Ituren, 187 m). Desnivel: 1337 m. Tiempo en marcha: 4 h. Distancia: 17 km

La víspera de la maratón de montaña femenina "800 Dukado", a primera hora de la mañana, la niebla envuelve los pueblos y montañas de la comarca navarra de Malerreka (Alto Bidasoa). A esas horas, varios grupos de voluntarios están clavando banderines, señalando cruces y desviaciones. Cuando salimos de Aurtitz, en dirección al Mendaur, solo tenemos que seguir sus huellas.

Aurtitz (Ituren) 


El camino aparece señalizado con diferentes marcas: rojas y blancas (GR), amarillas y blancas (PR) y las bandas plastificadas que indican la ruta de la 800 Dukado (21 km). Se asciende por un sendero herboso ancho, que pasa bajo una gran tubería (232 m). La trocha se desvía a la derecha y continúa por una senda empedrada, que desemboca en la pista que lleva al pantano (390 m).




A 450 m encontramos una nueva señal de la PR NA-104. Pasamos por una borda y llegamos a los restos de una conducción de agua, poco antes de alcanzar el pantano de Mendaur (715 m), casi vacío.




Aquí se unen las rutas al Mendaur y al Ekaitza, señalizadas. Giramos al noreste y seguimos un sendero bien marcado que entra en el hayedo y bordea una txabola, para superar un repecho herboso. El Mendieder queda a nuestra vista. 



Mendieder (1074 m)

Subiendo al Mendaur
 
Las lomas herbosas aparecen sembradas de monolitos de conglomerado, por los que serpentea la senda para acabar al pie de una escalera irregular (1090 m). Los escalones cogen altura encajados entre la roca, dando vista a la ermita de la Trinidad, construida en lo más alto (1131 m).



Ermita de la Trinidad
Cerca de la ermita hay una cruz y un buzón oxidados. La ikurrina que ondea en la cumbre también ha sufrido la acción del viento y el sol, y ha perdido un trozo de tela y sus colores originales.





El buzón del Mendaur (1131 m)

Entramos en la ermita. La luz se cuela por las rendijas del bello artesonado de madera. En una esquina hay un altarcito dedicado a Mandela.




Al lado de la ermita se encuentra la zona de refugio. Nos despedimos de esta singular construcción y volvemos a los escalones. Esta vez nos dirigimos al collado de Buztiz (Buztizlepoa, 935 m), bajando en picado por la pendiente de hierba.



Buztiz Lepoa (935 m), bajo el Mendieder

Un menhir, plagado de iniciales y marcas de nuestra época, rompe la monotonía de la hierba. Remontamos la cuesta, en línea recta y hacia el NW, y subimos hasta la cima del Mendieder (1071 m), señalada por un pequeño buzón y un mojón.

Mendieder, desde el collado de Buztiz 

Mendieder (1071 m)

Mendieder (1071 m)

Continuamos por la loma herbosa, sembrada de banderines rosas, en dirección al Ekaitza. El aire mitiga el calor del mediodía.

Al fondo, Ekaitza

El filo herboso se mantiene despejado mientras, en ambas vertientes, las laderas están cubiertas de arbolado. Cerca de la cumbre los brezales floridos tiñen la montaña de color rosa.



Ekaitza (1046 m)

Desde el Ekaitza, Mendieder y Mendaur

Volvemos sobre nuestros pasos y, esta vez, perdemos altura por el bosque siguiendo los banderines de la maratón. La senda se pierde y bajan en picado, para volver a un camino empedrado. Desde allí, descienden ordenadamente en suaves curvas, antes de ladear una hermosa borda.


La pista se ensancha y llega hasta el cruce con la desviación al Mendaur, por donde habíamos pasado a la mañana. A partir de aquí, desandamos el camino de subida hasta el pantano y volvemos a Aurtitz.

Mendaur 

Aurtitz 

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