Gran Facha desde Panticosa, una pedrera interminable - Miren Muñoz Trigo

Llegando  a la cima, donde había ya unos cuantos...

Llevábamos tiempo sin ir al Pirineo y elegimos el bonito Valle de Tena como "base de operaciones". El viernes día 15 de agosto por la noche llegamos al Balneario de Panticosa con la intención de ascender al día siguiente a la Gran Facha, montaña que hace un tiempo se nos "quedó en el tintero" debido a una fuerte tormenta que nos obligó a renunciar cuando estábamos ascendiendo desde el collado de la Facha viniendo desde el Refugio de Wallon. Esta vez la ruta iba a ser desde el Balneario de Panticosa, ascendiendo por el Embalse de Bachimaña, hacia los ibones de Pecicos y de allí, dejando el collado de Marcadau, coger un camino hacia las pedreras que llevan hasta el collado sur, para terminar por la cresta sur. El pronóstico de tiempo era muy bueno, así que nos metimos entre pecho y espalda en total 10 horas y media de ruta, más o menos 5 horas de subida y otras 5 de bajada más las paradas. El descenso lo hicimos por la vía normal que discurre por el collado de la Facha y collado de Marcadau (un poco más larga).

El despertador sonó a las 5,30 h. Movimiento en la casa rodante. Buen desayuno y frontales en ristre comenzamos a las 6,30 h ascendiendo por el camino sinuoso que nos llevará después de hora y media a las inmediaciones del Refugio de Bachimaña, a 2300 m.

Paso por el Embalse de Bachimaña 

con su nuevo refugio del mismo nombre

Caminando junto al Embalse de Bachimaña, 

hacia los timidos rayos de sol

Este entorno es precioso, con el sol comenzando a pegar tímidamente. Buen ritmo, casi sin parar continuamos hacia los embalses de Pecicos, y afrontamos la dura pedrera que me pareció interminable.

Tomamos la desviación hacia el collado de Marcadau,

 aunque luego fuimos por Pecicos

Vista del Embalse de Pecicos,

 en la pedrera de subida hacia el collado. 

Al fondo a la izquierda se empieza a ver Vignemale

Aquí ya mis fuerzas empezaron a flaquear sobre todo teniendo en cuenta que llevábamos ya unas cuantas horas sin comer. Carlos avanzaba sin parar, le veía cada vez más pequeño y lo que yo pensaba que era caminar, era ir hacia atrás. Parada, exhausta, notaba cómo las piedrecillas me hacían resbalar y lo poco que había avanzado casi no contaba para nada. Subía 10 metros y esperaba un poco, ponía "manos a tierra" para ayudarme a cuatro patas a ir subiendo...

En plena pedrera llegando al collado, 

mucha pendiente al final

En las últimas rampas hacia el collado,

 a veces había que ir "a cuatro patas"

Hasta que por fin alcanzo el puñetero collado hecha "unos zorros". Como algo sin ganas para terminar la subida por la cresta, un terreno que para mí era bastante más apetecible.

Alcanzado el collado, queda la arista sur (II) de buena roca. 

A la izquierda el Embalse de Bachimaña. 

Rodeados de cimas y pequeños neveros

Efectivamente, sintiéndome bastante mejor alcanzamos la cumbre a 3005 m para terminarnos de "extasiar" con las vistas espectaculares que teníamos alrededor y que no había sido capaz casi de apreciar en la dura subida: Respomuso con Balaitous, Midi, zona de Vignemale, Los Infiernos, una preciosa inmensidad...hasta el Midi de Bigorre se lograba ver en la lejanía...Estos momentos contrarrestan los minutos de sufrimiento habidos durante todo el día.

Vistas impresionantes desde la cima.

 Embalse de Respomuso con el Midi D'Ossau

Nubes envolviendo las cimas

Vista de los Picos del Infierno con su característica marmolera

Bajamos por la cresta de la vía normal hacia el collado de la Facha, alcanzando más tarde el collado de Marcadau (o puerto de Marcadau) para, una vez ya en el mismo camino de la subida, dejar los embalses de Pecicos y parar en el Refugio de Bachimaña más abajo a reponer fuerzas para descender hasta el Balneario.

Embalse de Pecico. 

Gran Facha a la derecha y el collado a su izquierda, 

dura pedrera...

Un día espectacular, sin demasiado calor y maravilloso sol, en el que colmamos nuestras retinas de cimas y lagos. El desnivel (1600 m), la satisfacción, inmejorable.

Fotos Carlos Hernando y Miren Muñoz.