Perfecta fusión con la roca
Hacía ya tiempo que deseaba poder subir al Txindoki por su preciosa arista oeste. Las pocas veces que me he acercado a esa montaña tan emblemática la observaba atontada mientras ascendía por su ruta habitual, disfrutando del paisaje, como siempre, pero atraída por esa sucesión de rocas tan bien puestas. Por alguna razón u otra siempre que alguien cercano hacía el plan de ascenderla yo me quedaba "en tierra"...
Por fin, este pasado miércoles, a las 15 h, cargamos los bártulos necesarios y cogimos el coche rumbo a Larraitz. Una calurosa tarde nos esperaba...En una horita aparcamos el coche en la explanada junto al bar. Allí nos esperaba Iñigo, que junto a Rafa eran nuestros guías de cordada, Carlos con Iñigo, y Lide y yo con Rafa. El sol apretaba de lo lindo a esas horas, eso junto al peso que, algunos más que "otras", tenían que acarrear, hizo que la aproximación hasta el inicio de la arista no fuera tarea muy placentera que digamos...pero es lo que tiene el escalar aristas, el comienzo no está lo cerca que uno quiere (que conste que a mí no me costó mucho llegar, llevaba solamente una cuerda en la espalda, pero por ahí hubo quejas...).
Comenzando la arista
Bueno, con una serie de explicaciones sobre cómo afrontar la escalada (como atender las indicaciones cuando se llegara a las reuniones para dejar de asegurar al primero y "tirar" para arriba primero una y luego otra), comenzamos felices el ascenso, paso a paso, pegados a la roca, disfrutando de la vista a esa alturas, y sobre todo, de la compañía, impecable, durante los 4 largos...
Carlos avanzando por la mitad de la arista
Comenzando el segundo largo
Iñigo y Carlos seguían nuestra cordada sin ningún percance, los anclajes en esta arista son muy buenos y la visibilidad a lo largo del recorrido fue también estupenda. Los pasos son de II y III y hay un diedro pequeñito de IV que salvamos sin problema en el cuarto largo. En 2 horas y media completamos la arista, quitándonos ya arneses y gatos, aminando un cuarto de hora más hasta la cima, a la que llegamos a las 20,15 aproximadamente.
Compartiendo la roca
Unos terminando el tercer largo y
otros comenzando el cuarto.
Iñigo y Rafa primeros de cordada.
En el cuarto largo. Paso del diedro, turno de Lide...
Camino de la cumbre, sin gatos ni arnés.
El paisaje nos engulle, embalse Baliarran, Aitzkorri.
La bajada fue un placer. Cayendo la tarde, luz que se va extinguiendo, aire fresco, balar de las ovejas, solos, cerrando el círculo de una tarde redonda. Larraitz ya de noche.
¡Cómo me gustan las "tarderas"...!
Cae la tarde sobre la montaña,
descenso hacia Larraitz con la presencia del Auza-Gaztelu,
despidiendo el día.
Rafa, Iñigo, Mila esker!, sin vosotros ésto no hubiera sido posible...
(Fotos: Rafa Elorza, Carlos Hernando)
Envidia, y de tardera ...
ResponderEliminarla primera foto ya me ha gustado ... más que las demás.
Una actividad preciosa!! Tengo ganas de repetir la verdad y viendoos más ganas aún....
ResponderEliminarUn abrazo.