viernes, 25 de abril de 2014

Rally 12 Horas Riglos 2014 - Ana Ruiz Pérez



Y las campeonas en categoría femenina fueron ... Idoia Rubial y Maite Zumarraga, tras escalar cuatro vías en 12 horas, ¡y digo 12!, porque a pesar de que las tres últimas diluvió, ellas tuvieron la paciencia y “la suerte” necesarias para cobijarse en un nicho, tal buitrejas, a la espera de su oportunidad para completar su última vía. 


Nuestra rivalidad, de Maria Lombillo y la que suscribe (Ana Ruiz),  era patente...  a pesar de una estrategia nada planteada, ya que a Maria le comentó el fisio que tal y como tenía el biceps no era nada propicio plantearse competir y menos escalar durante 12 horas seguidas. Así que nos tomamos el Rally en plan “lasai”, o eso era lo que yo creía... 

Tras hablar seriamente con Maria, comentamos que una compe no merece la pena una lesión de varios meses, así que esa noche dormí a pata ancha. Pero, ¡que inocente!. Cuando se levanta Maria por la mañana me dice que, a pesar de que el peque les ha dado “la noche” (ocho mesicos que nos tiene el pequeñín), el brazo y hombro no le duelen y que vamos a ir escalando y viendo como se encuentra. 


Las mariposas ya empezaron a revolotear en mi estómago que sólo conformaba estrategias para vencer a la Rubi y Maite, y es que no se que pasa en estas situaciones que te absorbe y empuja la gente con una fuerza inusitada. Cuantas veces habremos ido a escalar a Riglos y nos hemos quedado más que satisfechas con escalar una vía. Imaginaos cuando escalas cuatro o más, con sus correspondientes bajadas o rápeles.

El rally se iba desarrollando genial, Judith y Gloria se encontraban escalando el Mallo Frechin y haciendo de las suyas (lo que viene siendo cachondeito con los compis que escalaban a su lado) completando el recorrido en 4 h 30 minutos. Gloria, que es veterana en estos lares, le mostró la inmesidad del paraje en la bajada a Judith, disfrutando del rally desde otra perspectiva.


Nosotras, al acabar nuestra tercera vía, bajamos al puesto de avituallamiento, ya que Jose (compañero de Maria) se encontraba con Ibon y decidimos ir a verles y reponer agua. Cuando Ibon vió a su mama, la alegria inundó su pequeño cuerpecito y en su linda cabeza se reflejo el término “COMIDAAAAAA”. Se le lanzó al pecho y ahí estuvimos de risas con el periodo de lactancia. En estos momentos desaparecen las prisas, desaparece todo, cuando ves esta imagen tan tierna. Gran lección que deberíamos aprender tod@s.

Proseguimos nuestro camino hacia la cuarta vía, porque Maria se encontraba fenomenal (ahora con menos pesadez) y con posibilidad de una quinta. A mitad de vía escuchamos unos gritos de ánimo desde el puesto de avituallamiento; era Idoia (esto si que es solidaridad con el contrincante), no como otras (yo) que me dije... coño ya están abajo para realizar su cuarta via... y no se me ocurrió la maravillosa idea de ponerme a cantar “que llueva que llueva... la virgen de la cueva..” para que no les diese tiempo a meterse, con lo que si nosotras terminábamos los dos largos que nos quedaban subíamos a Podium como primeras. Pero que pedorra que soy.

 
Pero quiso el destino darme en todos los piños con la cancioncilla y en el último largo se puso a diluviar en forma de aguacero. Me pilló en el último largo de 6b de ultra panza a escasos 20 metros de terminar la vía. Intenté subir tres veces pero aquello cada vez se ponía más majado y los patinazos me hicieron bajarme a la reunión, donde estuvimos esperando casi 20 minutos a que parara. Optamos por la sensatez y decidimos bajar porque nos estabamos quedando congeladas, dando por concluido nuestro Rally, más contentas que ni sé, ya que para ser la primera vez que escalábamos juntas nos había salido todo fenomenal.

Me quedé con la espinita de que por culpa de este día se hubiera lesionado más y no me hubiese dicho nada, pero bueno parece ser que sigue escalando y disfrutando a fecha de hoy.

No puedo obviar a nuestra cordada masculina Raul Cecilia y Armando Mediavilla (el negro) que, tras acabar su via y ponerse a diluviar, se quedaron esperando a que llegase la cordada que venía detrás suyo. El negro al ver que no venían montó un rapel para ver como se encontraban y alli estaban “nuestros amigos maños”, acurrucadicos en un nicho sin posibilidad ni de subir ni de bajar por la cascada que se había producido en una de las panzas de salida. Otro acto que dice mucho y que cada vez escasea más en la montaña... Chapó chicos.


Me quito el sombrero ante la actitud de Mai e Idoia, de animarnos, de lucharlo hasta el final a pesar de lo preocupadas que nos tenían a las que estábamos abajo porque la vía en la que se encontraban tiene muy poquitos seguros y un resbalón puede ocasionar un disgusto, pero... parece ser que la chimenea estaba seca y disfrutaron de lo lindo.

Y este fue nuestro gran día de rally donde como cada año nos recibe la Organización con los brazos abiertos cuidándonos y mimándonos como si fuese la primera vez. Mil gracias desde este pequeño Club Neskalatzaileak que intenta aportar el toque femenino a la competición.



 

3 comentarios:

  1. Fantástico relato donde prima más el compañerismo que la rivalidad, así es como hay que vivir la montaña...y bueno el momento "baby lactante" es para enmarcar en los anales de montaña.
    Zorionak a ellas y ellos.

    Antonio

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  2. Zorionak , una mas, tanto por la actividad como por la forma de vivirlo y contarlo, unas kraks!!!
    Esti k.

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  3. Como me gustaría que interviniesen más neskas en ese evento... la cuestión es participar y vivir hora a hora esos momentos, dejando de lado la competición o la presión de pensar que tienes 12 horas por delante, la roca, tu compañera y tu cabeza.

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