viernes, 28 de octubre de 2011

Peña de Rozas (Sierra de Hornijo, Cantabria), pura garma – Luisa Alonso Cires

 
La garma de Peña de Rozas

Hay montañas que se convierten en un reto complicado aunque no tengan una altitud desmesurada. A veces la orografía y las características del terreno suponen una dificultad mayor que salvar un fuerte desnivel. Este es el caso de algunas de las cimas del macizo de Hornijo, cuyas laderas escarpadas aparecen invadidas por un extraordinario lapiaz, aquí llamado garma, semiescondido entre los arbustos y el herbazal. Por debajo de esta superficie agrietada se ocultan más de cien cavidades catalogadas de alto valor espeleológico.


Peña de Rozas: de Ancillo al Piquete

La Peña de Rozas es el más oriental de los tres bloques calcáreos que forman el macizo de Hornijo, situado entre los valles de Ruesga (N) y Soba (SE), en el este de Cantabria. Su terreno cárstico obliga a caminar con todos los sentidos puestos en cada paso, progresando lentamente entre caliza horadada, hierbas, zarzas y ramas. La cumbre más destacada es el Pico San Vicente (937 m), una pirámide escarpada que ocupa el extremo oriental de la Peña, robándole protagonismo a la cima más alta, el Pico de Hoyufresno o Ancillo (1046 m) hacia el este.


El Piquete y el Pico San Vicente, desde Rozas

Se inicia la caminata en el pueblo de Rozas (403 m), junto a la iglesia, siguiendo la pista que lleva a la ermita de la Virgen del Rosario y continuando hasta el barrio de Manzaneda (450 m). En la última casa se gira hacia el macizo (NE), por un sendero insinuado que avanza entre hierba y piedras, hasta hundirse en el lapiaz. Hay algunos hitos y marcas de pintura. Buscando el terreno más accesible se superan pequeñas gradas, pasando por las dos cimas secundarias (911 m, 919 m) hasta llegar a la cima principal del Pico San Vicente (937 m), cuidada por un viejo buzón oxidado. Hacia el este, el desfiladero abierto por el río Gándara y al noreste la población de Ramales de la Victoria.

El Piquete

El Pico San Vicente, en primer término.
Al fondo, Hoyufresno.

Dirigiéndonos hacia el oeste, descendemos hasta un pequeño collado, en dirección al Piquete (917 m), un tímido gendarme al que llegamos después de pasar por la Muesca Grande. Para subir a su cumbre lo rodeamos y ascendemos por la cara oeste.

El abrupto lapiaz de Hornijo

Al fondo el Pico San Vicente

Volvemos sobre nuestros pasos y descendemos en dirección oeste, hacia el collado de la Muesca Chica. Ladeamos por la parte más escarpada del lapiaz y buscando el terreno más accesible, volvemos a ascender hasta el punto más alto de la travesía, el Hoyufresno o Ancillo (1046 m), señalado por un pequeño hito.


En dirección al Hoyufresno


Pico Hoyufresno o Ancillo, la cúspide de Peña de Rozas

Destrepando entre roca y hierba y volviendo a ganar altura, se llega al Pico de la Tobazona (1036 m), donde hay un buzón.

Pico de la Tobazona (1036 m)

Ahora nos dirigimos hacia la Hoya de Ancillo, una depresión que divide en dos esta parte de la sierra de Hornijo, separando el Pico Ancillo del Pico Cotélliz (1123 m). Por ella perdemos altura en picado, siguiendo un camino marcado e inestable. Nos dirigimos hacia el hayedo de Peñabla, sin perder de vista la cara norte de la Peña de Rozas. Perdiendo altura, se pasa por el barrio de Torcamanizas y de allí se llega al barrio de Ferrerías, en las proximidades del centro de Ramales.

Tiempo sin paradas: 5 h
Desnivel: 1297 m (ascenso), 1529 m (descenso)
Cartografía: Macizo de Hornijo (CETYMA) 1:20.000


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