El río Zambeze es el cuarto río más largo de África, pasa por países como Angola, República Democrática del Congo, Zambia, Namibia y Zimbawe hasta desembocar en el Índico en Mozambique. En Zimbawe están las Cataratas Victoria, una de las siete maravillas del mundo natural, descubiertas por Livingstone en 1855. Se trata de un salto de agua de 120 metros de altura y 1,7 kms de ancho.
Vista aérea de las cataratas Victoria
Desde la base de las cataratas Victoria empieza uno de los raftings más espectaculares y extremos del mundo. La actividad consiste en recorrer unos 25 kms montados en una barca de rafting pasando por 19 rápidos, algunos de nivel V (máximo nivel navegable comercialmente).
Cataratas Victoria
En la barca me acompañan Leticia, Axier, Ana, dos chicas inglesas, nuestra guía en África Ana Cuesta (http://www.oipuka.com/) y nuestro guía de rafting Titanic. También van a bajar el río otras dos barcas de rafting y unos kayaks de apoyo.
Hacemos unas maniobras de aprendizaje en la base de las cascadas. Practicamos una maniobra que utilizaremos en los rápidos más difíciles llamada “Down” (sentarse en el centro de la barca, dejar de remar y agarrarse a la cuerda sin perder el remo).
Viene la ola...
Una vez conocidos los conceptos básicos, comienza la aventura. Empezamos con un rápido de nivel I, fácil para empezar pero nos sirve para hacernos una idea de cómo serán los de nivel V. Avanzamos por un paisaje alucinante y llegamos al rápido nº5 (Stairway to heaven), el primer rápido de nivel V donde nos han dicho que muchos vuelcan. El guía grita “Down” y pasamos el rápido dando botes en la barca pero sin caernos ni perder los remos. Una vez en el remanso, chocamos los remos para celebrar que no nos hemos caído y avanzamos remando por el cañón hacia el siguiente rápido. Sobre las rocas que hay en las orillas vemos algunos ¡cocodrilos!, el guía nos dice que no hay riesgo porque siempre están en aguas tranquilas. Tenemos que creerle para que no cunda el pánico.
En el rápido 5
Llegamos al rápido número 8: por el centro es de nivel V y por los lados es de nivel III. Elegimos ir por el centro, parece una montaña rusa formada por grandes olas. En una de las primeras olas volcamos y todos caemos al agua. Los primeros instantes son un poco angustiosos hasta conseguir llegar a la superficie pero luego solo hay que dejarse llevar, subiendo y bajando olas. En el remanso nos recogen las otras barcas y los kayaks de apoyo. ¡Tenemos la adrenalina a tope!
Tras un rato remando en aguas tranquilas, nos bajamos para recorrer un tramo andando por las rocas, ya que hay un rápido de nivel VI donde en las barcas solo irán los guías. ¡Espectacular! Todavía mojados por el chapuzón del rápido 8, volvemos a montarnos en las barcas.
Entrando en el rápido
Vamos alternando aguas tranquilas con rápidos fáciles. Con el esfuerzo de remar y con el sol que asoma entre las paredes del cañón ya hemos entrado en calor. A lo lejos vemos olas blanquecinas y espumosas: nuevos grandes rápidos de nivel V nos esperan. Para no perder la costumbre volcamos en el rápido 13 y en el 16, ambos de nivel V y nos dimos cuenta de porque a nuestro intrépido guía le llaman Titanic. Las otras dos barcas de rafting no habían volcado ni una vez.
En el rápido número 19 acaba un rafting lleno de emociones, adrenalina, risas, caídas, algunas heridas y contusiones sin importancia y buenos tragos de agua del río Zambeze. Lo hemos pasado fenomenal, aunque algu@s dicen que no repetirían.
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