Suspendemos peldaños en el aire:
escalera móvil que se columpia,
alas en los pies
o pendientes largos para embellecer a las nubes
o libertad gaseosa sobre la solidez,
y paso a paso, peso a peso, beso a beso,
ascendemos pedaleando sin bicicleta
escalando pedazos de cielo sin roca
y limpiamos la psoriasis de las piedras
a cada paso cada peso cada beso
hasta llegar arriba
por encima de los techos-supertechos-rompetechos
donde el cielo se abre por todas partes,
donde los mosquetones del mundo se terminan
todos
y el centro de gravedad ya no es una pregunta.
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