(Foto: grupo de montaña Orza)
Es un pequeño iglú de nueve metros cuadrados, impregnado del romanticismo de otros tiempos a pesar de su aspecto, al cuidado eterno de Mariano. Está situado en el Macizo Central de Picos de Europa, a 2325 m, en las estribaciones del Pico Tesorero. Fue inaugurado en el año 1961.
Su instalación fue una idea del ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes y de su amigo el arquitecto Luis Pueyo. Ambos animaron a Julián Delgado Úbeda, presidente entonces de la Federación Española de Montaña, a comprar una de las cúpulas antiaéreas del portaviones americano Palau, veterano de la guerra del Pacífico, que estaba siendo desguazado en la dársena de Sestao. La desmontaron y la trasladaron en mulos hasta el lugar que hoy ocupa, con la ayuda de montañeros. Tardaron ocho días en montarlo.
Su instalación fue una idea del ingeniero bilbaíno Conrado Sentíes y de su amigo el arquitecto Luis Pueyo. Ambos animaron a Julián Delgado Úbeda, presidente entonces de la Federación Española de Montaña, a comprar una de las cúpulas antiaéreas del portaviones americano Palau, veterano de la guerra del Pacífico, que estaba siendo desguazado en la dársena de Sestao. La desmontaron y la trasladaron en mulos hasta el lugar que hoy ocupa, con la ayuda de montañeros. Tardaron ocho días en montarlo.
El refugio fue bautizado con el nombre de una de las hijas de Conrado e inaugurado el 13 de agosto del año 1961.
En 1983, Mariano Sánchez, un antiguo guarda de Electra de Viesgo de 34 años, abandona Santander donde vivía y se instala en el refugio, convirtiéndose en el guarda de Cabaña Verónica. Allí vivía todo el año ocupándose de su mantenimiento y porteando hasta él los materiales necesarios. Mariano murió el 27 de junio de 2008, a los 57 años de edad.
Cuantas historias, cuantos montañeros han pasado por allí. No sabía que Mariano había muerto. La última vez que le vimos fue en la travesía Andres de Régil del año 2000. Estaba en la puerta con té caliente para los que necesitaban tomarlo, ya que el tiempo era muy malo. Estaba vestido como un esquimal. Recuerdo que la única vez que hemos dormido allí, él estaba oyendo la radio y nos enteramos por él del accidente de la cetral de Chernobil. Gente especial para un entorno casi espacial. Gracias por recordarnos ese lugar.
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