martes, 7 de diciembre de 2010

Salimos al patio (Acué) – Blanca Vizcaíno Bricio




Las recientes nevadas de estos días nos dejan poca opción. Un puente por delante manchado por un borrasca de sur encima, llevándose, o por lo menos humedeciendo, toda la nieve acumulada hasta ahora. Nos esperan unos días en dique seco, en casita, pero el sábado aún hay sol, tenemos que aprovecharlo!!!




Muy complicado llegar a Linza, incluso a Lizara, a pesar de los neumáticos de invierno… ¿qué hacemos? Jorge propone la preciosa circular al Acué, saliendo de Forges de Abel. La pista está llena de nieve, pero nos permite circular durante unos cientos de metros. Salimos foqueando pista arriba, todo nieve polvo, todo blanco… ¡qué gozada! y más sabiendo que los próximos días van a ser tan malos. Vamos un grupo de 9, y los que pueden se van turnando para abrir huella entre el paquetón de nieve que ha caído. Deberíamos agradecer más a menudo la apertura de huella, la buena traza. En cuanto te sales de la trinchera, te das cuenta de la diferencia enorme entre foquear tranquilamente por el surco, o ir avanzando entre la nieve polvo, sin guía, sin marcas que seguir…se agradece el esfuerzo de los primeros, y mucho.




En el primer collado nos juntamos con otro grupo que ha tomado la misma decisión que nosotros, y ya nos pisan los talones. El frío se nos cuela por todas partes a pesar del té caliente, apenas comemos nada y salimos hacia el siguiente collado. Elegimos ladera sur, que nos da más confianza que la norte. La huella es cómoda, se van turnando para dibujarla. Y en un momento estamos en el collado, con el Acué delante de nosotros. Aquí las vistas ya son un lujo, y pensar en que el resto del puente no podremos disfrutar de todo esto…snif, snif!





Un paseo, bastante llano, nos deja en las faldas de la pala final: aquí hay dos opciones, dos huellas: una de ellas, la lógica, va por pendiente suave hasta el lomo, y de allí se coge la divisoria cómodamente hasta la cima. La otra, todo tieso para arriba zeta-zeta-zeta…Dudo, veo que los maestros van por la izquierda (zeta-zeta…) y les sigo. Jorge me pregunta, sabe que es la opción incorrecta, pero me deja hacer. Él va por donde toca. Las últimas zetas son bastante técnicas y requieren decisión y equilibrio, pero no se pasan mal.



En la antecima somos ciento y la madre, y llegar a la cima es fácil, pero toda esta nieve reciente da algún susto. No comemos nada porque hace un frío que pela: qué buena idea coger el plumas! Todos los picos de nuestro alrededor tienen un halo de nieve, el viento está soplando bien. Yo me imagino las isobaras pegaditas unas a otras. Para abajo, que nos pelamos de frío! La bajada, por la otra vertiente, para hacer la vuelta circular, es una gozada, pero cuidadín, que tiene unos pasos algo técnicos. Las palas iniciales son grandiosas, pero mi poca destreza bajando por esta nieve poco transformada me hacen sentir como si intentara coser con manoplas…hay que aprender a esquiar! Aun así se disfruta, y adivinando los escapes entre cortados, conseguimos salir al paso clave de la bajada, junto al barranco. No se puede fallar, pero hay que lanzarse con decisión, y el primero, Jorge, ya nos deja el camino trazado. El bosque sigue siendo, como otras veces, el patio del colegio. Se oyen carcajadas, todos bajamos con cara de niños traviesos, cogiendo unas velocidades poco controladas…pero cómo corre esto! Y al salir a la pista improvisamos un competición, cada uno con sus armas, unos con técnica de fondo, otros utilizando la aerodinámica del chus, y otros recortando curvas…


BORRASCA, VETE YA Y DÉJANOS SALIR OTRA VEZ AL PATIO, QUE QUEREMOS JUGAR.


Blanca Vizcaíno Bricio
Fotos: Jorge García-Dihinx


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